Varias personas fueron detenidas en Santiago de Cuba bajo acusación de pintar grafitis antigubernamentales y a favor de los presos políticos. Entre los arrestados se encuentra Liusban John Utra, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y Cuba Decide, trasladado posteriormente a la provincia de Las Tunas, según denunció el opositor José Daniel Ferrer.

También fueron arrestados los ciudadanos Josefina Reyes Londres, Ulises Reyes Ramis, su hijo y un vecino, personas que no pertenecen a ningún grupo u organización de la disidencia. “Por sospechas de que han puesto grafitis, la tiranía ha detenido y está procesando a Liusban John Utra… también a cuatro santiagueros que no son opositores organizados”, subrayó Ferrer.

En las últimas semanas han aparecido carteles en muros y calles de la provincia oriental con mensajes como “DH” (derechos humanos), “Patria y Vida”, “Abajo la dictadura” y “Libertad para los presos políticos”. Ferrer advirtió sobre una nueva ola represiva, señalando que “cuanto más inocentes detienen, más grafitis contra la tiranía y a favor de la libertad de los presos políticos aparecen por pueblos y ciudades de Cuba”.

El contexto nacional agrava la tensión. Tras el devastador paso del huracán Melissa a finales de octubre de 2025, Cuba enfrenta una de las crisis humanitarias más graves del año, marcada por la incapacidad del Estado para atender a la población y la opacidad en la gestión de la ayuda internacional. A un mes del ciclón, persisten problemas de electricidad, agua potable, alimentos y servicios básicos.

En este escenario, el Centro de Asesoría Legal Cubalex registró en su informe de octubre 34 protestas ciudadanas por la precariedad de las condiciones de vida, los apagones y la falta de alimentos. El monitoreo documentó 211 hechos represivos en 47 municipios, reflejando el uso sistemático de la represión como herramienta de control social. Los grupos más afectados fueron personas privadas de libertad, defensores de derechos humanos y afrodescendientes.

Las detenciones en Santiago de Cuba se suman así a un panorama de represión creciente y crisis estructural, donde la protesta ciudadana y la solidaridad comunitaria chocan con la falta de respuestas estatales.

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