En el reparto Chicharrones en Santiago de Cuba, la indignación crece a medida que se descubren presuntas irregularidades en la distribución de los materiales destinados a los afectados por el huracán Melissa. La denuncia fue presentada por el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, quien recopiló testimonios directos de vecinos que, por temor a represalias, prefirieron mantenerse en el anonimato. A casi un mes del paso del huracán, la comunidad asegura que solo una mínima parte de los verdaderos damnificados ha recibido ayuda.

Según los testimonios, la entrega de tejas, madera y otros materiales quedó en manos de funcionarios locales que habrían priorizado a personas con altos ingresos capaces de pagar sumas elevadas. Entre los beneficiados aparecen administradores de bodegas, allegados a dirigentes locales y propietarios de casas de placa en perfecto estado, quienes no califican como perjudicados del desastre.

Mientras tanto, familias que perdieron techos, paredes o que hoy viven entre filtraciones y humedad siguen esperando una solución que nunca llega.

La denuncia también expone la existencia de “casas ficticias”, direcciones inexistentes utilizadas presuntamente para justificar entregas fraudulentas. De confirmarse estos hechos, se trataría de un esquema de corrupción que desvía recursos esenciales de emergencia y que, de acuerdo con los vecinos, ha dejado a los verdaderos afectados con apenas un 10% de los materiales disponibles.

Los residentes de Chicharrones exigen al Gobierno Provincial y a las Asambleas Municipales del Poder Popular una revisión inmediata y transparente de las listas de beneficiarios. Reclaman que se publiquen los nombres de las personas que recibieron ayuda, así como los criterios utilizados para asignar los recursos. También piden que se investigue a los funcionarios involucrados en la entrega para determinar responsabilidades y sancionar el mal manejo de los materiales que debían aliviar la situación de cientos de familias.

El clamor de los vecinos es claro: que los recursos lleguen a quienes realmente lo necesitan y que no se siga jugando con el dolor de los más vulnerables.

Kami Kamila, madre de cinco niños, explicó que su vivienda perdió por completo el techo y, cuando finalmente fueron a revisarla, le dijeron que “no procedía” porque actualmente tiene un techo improvisado prestado por sus vecinos. “¿Cómo pueden decir eso?—cuestiona—si yo no tenía ni dónde meter a mis hijos.”

Otros residentes, como Dainelis Martínez Portales, exigen que se detenga el robo y la manipulación: “Muchas personas lo perdieron todo. ¿No tienen sentimientos? Entreguen los materiales a quienes realmente lo necesitan.” La comunidad coincide en que la corrupción se repite, tal como ocurrió con el huracán Sandy. Anita Serrano recuerda que, desde entonces, hay familias que nunca recibieron nada. Bebesita Estévez denuncia el caso de su tía, víctima de derrumbe total tanto en Sandy como en Melissa, y que aún así jamás ha sido beneficiada, a pesar de acudir a entrevistas y enviar cartas.

La frustración se extiende a otros consejos y municipios. En Loma del Gato, Manzanillo, Pueblo Nuevo en Contramaestre y Mar Verde se reportan las mismas irregularidades: colchones que no llegan, tejas “donadas” que nadie ve, visitas técnicas que nunca se realizan y funcionarios que manipulan listas para favorecer a sus allegados.

Haysa Frómeta advierte que en Agüero-Mar Verde hay “tremendo rejuego” con la entrega de colchones, mientras Luivian Matos acusa directamente a presidentes de CDR de dar información falsa para acaparar recursos.

Vecinos como Mercedes Rodríguez insisten en que el problema es el mismo de siempre: quienes pueden pagar acceden a los materiales, mientras los más necesitados siguen esperando bajo techos rotos.

Fuente: Yosmany Mayeta

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