Cuando fue detenido por la Policía cubana, Martiño Ramos Soto “estaba tranquilo, en su domicilio, y manifestó que desconocía que tuviera algo pendiente en España”, relató a la televisión gallega el inspector de Interpol Roberto Llamazares. El agente añadió que el prófugo intentaba regularizar su situación en la Isla mediante un matrimonio de conveniencia para obtener residencia.

Los medios gallegos y nacionales siguen de cerca el caso del fugitivo de 50 años, condenado en España a 13 años y seis meses de prisión por la violación de una alumna menor de edad. Aunque no existe convenio de extradición con Cuba, se espera que el proceso se resuelva pronto.

El abogado cubano residente en Galicia Arián González señaló que la sentencia está confirmada por el Tribunal Supremo y que el delito suscita un fuerte repudio en la sociedad cubana, donde las penas pueden alcanzar los 30 años de cárcel. “Una cárcel cubana será una tortura incomparablemente más dura que una prisión española”, advirtió.

El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, confía en que la vuelta de Ramos sea inminente: “Confío en que en las próximas horas o días pueda estar en España para cumplir la pena”.

Fuentes de la Brigada de Localización de Fugitivos explicaron que Ramos llevaba un mes bajo vigilancia sin saberlo y que en las últimas semanas se coordinó la cooperación internacional para su detención y extradición. El fugitivo había pasado por Portugal, Brasil y Perú antes de instalarse en Cuba en julio, donde vivía en El Vedado bajo el nombre de Martín Soto, con una serigrafía y presentándose como fotógrafo.

La Policía española destacó la colaboración de las autoridades cubanas: “Cuba no está obligada a entregar a un fugitivo, pero puede hacerlo bajo el principio de reciprocidad”. El jefe de la unidad de fugitivos, Fernando González, confirmó la tesis del matrimonio por conveniencia y aseguró que, al no haber completado el trámite, el proceso de extradición queda despejado.

Ramos Soto, ex profesor de Música y vinculado al movimiento político En Marea, fue acusado en 2021 y condenado en primera instancia por violación con agravantes, debido a la minoría de edad de la víctima —que tenía apenas 12 años al inicio de la relación— y las prácticas sádicas empleadas en el delito. Tras agotar todos los recursos, el Supremo ratificó la condena en julio de 2025, pero el condenado había huido 12 días antes.

En Cuba, se relacionaba activamente con círculos artísticos y culturales, rodeado de jóvenes y modelos que descubrieron con estupor su verdadera identidad cuando la noticia salió en la prensa española.

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