Ignacio Giménez vuelve con otro “anuncio” viral: promesas de dinero en cuentas cubanas
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 21 de diciembre de 2025
Ignacio Giménez volvió a mover las redes este viernes con otro relato grandilocuente que, lejos de moderarse tras el descrédito de anuncios anteriores, repitió una fórmula ya conocida: presentarse como protagonista de una “misión” histórica, denunciar supuestas maniobras legales en su contra y prometer beneficios económicos masivos para los cubanos dentro de la isla.
Según su versión más reciente, mientras “cada cubano” recibiría un “regalo de Año Nuevo” reflejado en su cuenta o tarjeta, él estaría aterrizando en Cuba el domingo 4 de enero, con pasaje en mano y la intención —asegura— de volver “para quedarse para siempre” a los 68 años. El hilo narrativo, otra vez, mezcla biografía, victimismo, advertencias legales y promesas económicas sin que se aporten elementos públicos que permitan comprobarlas.
En su historia, Giménez se construye como un personaje casi de novela: nacido en Cuba, salido “por motivos evidentes”, con un regreso previo, una supuesta expulsión y un retorno definitivo en ciernes. En el centro del discurso coloca la promesa que más llama la atención: dinero “automático” en cuentas bancarias cubanas, incluso para pensionados que solo disponen de tarjeta magnética. No describe trámites, requisitos ni mecanismos técnicos: el mensaje se sostiene en una idea simple —revisar el saldo— y en la expectativa de que el ingreso aparezca.
La explicación que ofrece para ese “milagro” financiero roza lo inverosímil para muchos usuarios: habla de una supuesta “Plataforma de Recuperación Económica” organizada por él, y dice contar con apoyos que abarcarían desde sectores del propio Gobierno cubano hasta organismos internacionales y grandes corporaciones. Sin documentación verificable, el planteamiento contrasta con la realidad cotidiana de la isla, donde la economía atraviesa restricciones severas y el Estado controla de forma estricta el flujo de divisas.
El relato sube de tono cuando intenta justificar por qué —según él— podría entrar al país. Afirma que, tras demandar en España al Noticiero Nacional y mencionar propiedades vinculadas a Lis Cuesta, el Gobierno cubano habría decidido permitirle el regreso, colaborar con su plan económico y retractarse públicamente para “reparar su honor”. Todo aparece presentado como una cadena coherente de hechos, aunque no se citan pruebas públicas, fallos judiciales ni confirmaciones oficiales que respalden ese giro.
En el mismo paquete de anuncios, asegura que trabajará desde el Centro de Negocios de Miramar junto a un banco corporativo con licencia del Banco Central, que organizará entrevistas laborales en toda Cuba y que vivirá en Siboney mientras transmite desde una plataforma llamada “Ignacio en Cuba”. Como remate, añade que habría recibido un visado con salvoconducto mientras escribía el mensaje, un detalle que muchos interpretaron como parte del efecto dramático del guion.
Más allá del tono, la preocupación que señalan sus críticos no se queda en lo anecdótico. El problema, advierten, es el tipo de expectativa que siembra: en especial entre pensionados y personas vulnerables que podrían revisar sus cuentas esperando un dinero que no llega. En un país golpeado por la escasez, las promesas de depósitos “garantizados” pueden convertirse en un anzuelo emocional.
Con el paso de los días, y si no aparecen evidencias ni confirmaciones de instituciones financieras, es probable que el episodio termine donde otros similares: en frustración y desmentidos informales en redes. Mientras tanto, el caso vuelve a poner sobre la mesa lo fácil que es viralizar “planes milagro” en un entorno de crisis… y lo difícil que es reparar el daño cuando la ilusión se instala como noticia.