A un mes del devastador paso del Huracán Melissa por el oriente de Cuba, cuando cientos de familias continúan viviendo entre escombros, sin techos, sin alimentos y prácticamente abandonadas por las autoridades, la presencia oficial en la región no llegó en forma de ayuda humanitaria, sino como una gira política encabezada por Lis Cuesta, esposa del gobernante designado Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

La información fue reportada por el perfil de Facebook LaTijera, que denunció que, lejos del dolor real de los damnificados, Cuesta recorrió escuelas, instituciones y monumentos, ignorando la profunda crisis que sigue afectando a miles de cubanos que lo perdieron todo con el huracán.

De acuerdo con el reporte, la primera parada de la comitiva fue el municipio de Mayarí, en Holguín, donde visitaron una escuela en medio de un sistema educativo golpeado por el éxodo masivo de maestros, instalaciones en ruinas, falta de merienda escolar y apagones incesantes.

Para muchos residentes, la visita fue una operación de propaganda sin impacto real en las urgencias del territorio.

Posteriormente, Lis Cuesta se trasladó a Santiago de Cuba, donde realizó una visita pública a la piedra que resguarda las presuntas cenizas del dictador Fidel Castro.

Allí pronunció un mensaje político con marcado tono ideológico:

“FIDEL, cuando el camino se hace cuesta arriba, vuelvo a ti. Tu huella sigue marcando nuestro andar. Patria o Muerte. ¡Venceremos!”

Mientras tanto, denuncian los habitantes del oriente cubano, sus realidades son radicalmente distintas:

Viviendas completamente destruidas

Familias hacinadas en casas de campaña o estructuras colapsadas

Carencia total de materiales de construcción

Ninguna ayuda internacional entregada

Promesas estatales incumplidas

El enojo popular creció aún más al saberse que el propio Díaz-Canel también visitó la piedra donde reposan los restos del dictador, escena que LaTijera describió con ironía:

“ASERE, ¿DIME QUÉ HAGO AHORA?... le pregunta el títere dictatorial al demonio de la piedra.”

La publicación se pregunta qué respuesta recibió el mandatario, mientras el pueblo continúa sin esperanza, sin recursos y sin atención real.

La reflexión final del medio es contundente:

En lugar de soluciones, llegaron consignas.

En lugar de techos, llegaron discursos.

En lugar de comida, llegó propaganda.

Para LaTijera, Cuba no necesita frases, sino libertad, dignidad y el fin de la tiranía opresora.

Recomendado para ti