La madre del joven fallecido durante el Servicio Militar Obligatorio (SMO), Mercedes Roque, expuso públicamente un testimonio de profundo dolor y acusaciones directas que vuelve a poner bajo escrutinio las condiciones y dinámicas internas dentro de las unidades militares en Cuba.

Según su declaración, el caso de su hijo, Antonio Rassi Roque, se encuentra bajo investigación tras ser atendida el 19 de noviembre por altos mandos del Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR), incluido el Jefe de Ejército Occidental, funcionarios del Estado Mayor y la Fiscalía Militar Territorial.

Roque sostiene que dichos funcionarios le aseguraron que todo el proceso se realizaría con “transparencia”.

Sin embargo, en su testimonio insiste en que la investigación debe incluir la destitución del primer teniente Aldo, político de la unidad 5050, a quien responsabiliza directamente por el sufrimiento y deterioro emocional que —según relata— vivió su hijo durante su permanencia en la institución.

La madre afirma que múltiples soldados confirmaron que, el mismo día de la muerte de Antonio, se les ordenó no comentar nada para evitar que la información saliera de la unidad.

A partir de esos testimonios, señala que los abusos y presiones psicológicas ejercidas por el político Aldo contra su hijo habrían alcanzado niveles insoportables.

Según la denuncia, el día 18 de agosto, después de que Antonio cumpliera la primera parte de su guardia, el político le informó que le retiraba el pase del 21/7 y que debía regresar el 20 de agosto. Testigos aseguran que en ese momento se produjo un intercambio tenso en el que Aldo le gritó en público, reforzando un patrón de hostigamiento que, según la madre, había sido constante.

Mercedes Roque describe este trato como “abuso de poder” y “persecución”, y afirma que su hijo, un joven disciplinado y querido por su familia, vio quebrada su salud mental en un entorno que —según sus palabras— debía protegerlo y no someterlo.

También dirigió un mensaje al Jefe de Ejército Occidental, pidiéndole que considere su denuncia y tome medidas concretas para impedir que el primer teniente Aldo continúe en su cargo. Además, expresó su inconformidad con la gestión del capitán Ricardo Martínez, jefe de la unidad.

Roque asegura que no descansará hasta que se esclarezcan los hechos y se actúe contra quienes considera responsables del sufrimiento y la muerte de su hijo.

Su declaración reaviva la preocupación social sobre las condiciones del Servicio Militar Obligatorio en Cuba, marcado por repetidas denuncias de maltrato, presiones psicológicas y abusos de autoridad.

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