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Médicos cubanos descalzos ante el desastre mientras los dirigentes usan botas nuevas

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 17 de noviembre de 2025

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En el Oriente cubano, devastado por el huracán Melissa, se ha viralizado una imagen que debería provocar reflexión y no aplausos vacíos: médicas y enfermeras descalzas, caminando entre lodo, aguas estancadas y enjambres de mosquitos, tratando de llegar a las comunidades más afectadas.

Lo que los medios oficialistas presentan como un acto heroico, un “sentido del deber”, es solo un reflejo de la cruda realidad de la salud pública en Cuba: precariedad extrema, abandono sistemático y desigualdad flagrante.

Estos profesionales arriesgan su integridad física y su salud en condiciones inhumanas. Cada paso entre aguas infectadas y barro no solo es un acto de sacrificio, sino también un recordatorio del contraste brutal con la comodidad de quienes ocupan los puestos de poder: dirigentes, funcionarios y testaferros que no pisan barro, que lucen botas de goma nuevas y permanecen alejados del riesgo que exigen a los trabajadores.

La paradoja no podría ser más evidente: el pueblo y sus médicos cargan con el peso de la emergencia mientras los privilegiados lo observan desde la distancia, protegidos y bien equipados.

La propaganda oficial intenta disfrazar negligencia con heroísmo. Pero las fotos hablan por sí solas: no hay orgullo en la falta de recursos, no hay valentía en la exposición innecesaria a enfermedades. Cada paso sin calzado, cada jornada bajo sol, agua y mosquitos es un recordatorio de cómo la improvisación y la falta de planificación han convertido la salud pública en un campo de supervivencia.

Los cubanos dignos de admiración no son los que posan para la foto, sino quienes ponen el cuerpo, el corazón y la voluntad en medio de la devastación.

Mientras la sociedad se solidariza y reconoce el esfuerzo de estos héroes anónimos, surge la pregunta inevitable: ¿es vocación o abuso? El sacrificio no debería ser obligatorio y el heroísmo no debe reemplazar la logística y la protección mínima para salvar vidas. La situación demuestra, una vez más, que la desigualdad no solo es económica o política, sino también física y moral: quienes deberían proteger y apoyar, permanecen alejados, mientras los trabajadores de la salud se enfrentan al desastre descalzos, literalmente.

La verdadera humanidad no se muestra en la propaganda, sino en el respeto, la protección y el apoyo a quienes arriesgan todo por el bienestar del pueblo. Los héroes de esta tragedia merecen botas, recursos y reconocimiento real, no sacrificio innecesario para la foto.

Del perfil de La Tijera


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