Casi tres semanas después del paso devastador del huracán Melissa, el Gobierno cubano reconoció este lunes que más de 526 mil personas continúan sin servicio eléctrico en cinco provincias del oriente del país, una cifra que revela la magnitud del colapso energético agravado por el ciclón.

El Ministerio de Energía y Minas (Minem) actualizó en redes sociales el estado de la recuperación: mientras Las Tunas alcanzó el 100 % de clientes con servicio restablecido, Santiago de Cuba —la provincia más golpeada— apenas llega al 58 %. En Holguín el restablecimiento se sitúa en 91 %, en Granma en 95 %, y en Guantánamo en 99 %.

Si esas cifras se comparan con las estadísticas poblacionales de la ONEI, queda claro que Santiago de Cuba concentra la mayor parte de los afectados, con alrededor de 399 mil personas aún sin electricidad. Le siguen Holguín con unos 85 500, Granma con 37 500 y Guantánamo con aproximadamente 4 500.

Melissa tocó tierra como huracán categoría 3, con vientos de hasta 200 km/h y lluvias acumuladas de 400 milímetros. Dejó tras de sí un panorama desolador: 149 mil viviendas dañadas, 158 mil hectáreas agrícolas afectadas, más de 600 centros médicos, 2 000 escuelas y, por supuesto, severas afectaciones en el Sistema Energético Nacional (SEN), ya frágil antes del paso del ciclón.

Aun así, la reparación de las líneas no garantiza que la electricidad vuelva inmediatamente. Cuba atraviesa una crisis energética profunda, y el SEN lleva semanas reportando déficits de generación de hasta el 50 % de la demanda en los horarios pico. Esto significa que incluso las zonas con tendido eléctrico restaurado pueden permanecer sin servicio por falta de capacidad para producir energía.

Mientras el Gobierno evita ofrecer un balance final de daños, el país sigue intentando recuperarse en medio de apagones generalizados, un sistema energético colapsado y una población que, casi 20 días después del huracán, continúa viviendo en penumbras.

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