Un nuevo hecho delictivo vuelve a golpear al ya debilitado sistema de salud cubano; esta vez en el municipio de Vertientes, en Camagüey. Según la denuncia compartida por la página Vertientinos por el Mundo y ampliada por el periodista independiente José Luis Tan, desconocidos lograron entrar al policlínico local y sustraer once ventiladores, varios televisores y todo el combustible del grupo electrógeno, dejando a la institución prácticamente inoperante ante cualquier emergencia.

Una fuente interna del centro, que pidió mantener el anonimato por temor a represalias, aseguró que el robo coloca al policlínico en una situación extremadamente delicada. En un municipio donde los apagones son cada vez más frecuentes y prolongados, quedarse sin combustible significa no poder garantizar servicios mínimos, ni siquiera las atenciones urgentes, cuando se va la corriente. “No sabemos qué vamos a hacer si ocurre una emergencia en mitad de un apagón”, expresó la fuente.

Este episodio no es un caso aislado. Vertientes ha sido escenario de varias denuncias recientes por el deterioro del sistema sanitario. La presencia de una plaga de chinches en el hospital municipal provocó, según reportes locales, el cierre de una sala de hospitalización y del área de pediatría, afectando directamente a niños y pacientes vulnerables. A ello se suman continuas quejas de falta de insumos básicos, déficit de personal y condiciones higiénico-sanitarias deplorables.

Vecinos reaccionaron indignados en redes sociales. Algunos señalan que lo ocurrido es “normal” en un territorio donde —afirman— se han registrado episodios de violencia sin consecuencias para los culpables. Otros opinan que este tipo de hechos refleja la absoluta desprotección institucional y el clima de impunidad que se vive en la región.

En paralelo, usuarios recordaron casos como el del doctor Glevis, en Gibara, quien fue encarcelado por protestar públicamente, y liberado recientemente tras una fuerte presión social. Para muchos, este contraste entre la rápida acción contra quienes denuncian y la inacción frente a delitos graves evidencia que “las prioridades del sistema están totalmente invertidas”.

Mientras tanto, el policlínico de Vertientes permanece prácticamente desmantelado, sin ventiladores, sin televisores y, sobre todo, sin el combustible que garantiza la vida de pacientes en situaciones críticas. La comunidad exige respuestas, pero hasta el momento ninguna autoridad ha dado una explicación oficial.

Fuente: José Luis Tan

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