El 19 de septiembre de 2025, Cuba enfrentó una situación crítica en su sistema eléctrico nacional. Durante todo el día anterior se produjeron afectaciones en el servicio eléctrico, las cuales se extendieron durante toda la madrugada de hoy.
La máxima afectación por déficit de capacidad de generación fue de 1826 MW, registrada a las 8:10 de la noche. A pesar del impulso proveniente de fuentes renovables, como los 31 parques solares fotovoltaicos que produjeron 2555 MWh con una potencia máxima de 359 MW al mediodía, este aporte no logró cubrir ni por mucho, las necesidades de la población ni compensar las limitaciones del sistema.
A las 6:00 a.m., la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) era de apenas 1660 MW frente a una demanda de 2820 MW, lo que dejó un déficit de 1190 MW. Se estima que durante el día ese déficit podría alcanzar los 1300 MW, agravando aún más la situación energética del país. Varias unidades generadoras se encuentran fuera de servicio, ya sea por averías o por mantenimiento.
Entre ellas están la unidad 2 de la CTE Felton (avería), la unidad 5 de la CTE Mariel, la unidad 2 de la CTE Santa Cruz, la unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos y la unidad 1 de la CTE Felton. Además, se prevé que en el transcurso de la mañana también salga de servicio por avería la unidad 6 de la CTE Nuevitas.
A estas dificultades se suman 483 MW de generación térmica limitados y una grave escasez de combustible que afecta a 53 centrales de generación distribuida, provocando la pérdida de 345 MW adicionales.
A esto se añaden otros 117 MW indisponibles por falta de lubricantes, alcanzando un total de 452 MW afectados por problemas de abastecimiento de combustible.
Para el horario pico de la noche se espera la incorporación de 100 MW provenientes de motores actualmente fuera de servicio por falta de combustible. Aun así, la disponibilidad estimada apenas llegará a 1760 MW, mientras que la demanda máxima ascenderá a 3450 MW. Esto provocaría un déficit de 1690 MW, lo que podría traducirse en afectaciones de hasta 1760 MW si se mantienen las condiciones actuales.
Esta situación pone al país frente a un escenario de apagones prolongados, interrupciones en servicios esenciales y una creciente incertidumbre en torno al futuro energético. A pesar del desarrollo de fuentes renovables, la infraestructura eléctrica sigue dependiendo de sistemas frágiles y una logística de combustible cada vez más limitada.