La crisis energética en Cuba no tiene solución a corto plazo. Así lo afirmó el ingeniero nuclear Pelayo Calante, egresado del Instituto Energético de Moscú y con décadas de experiencia en el sector, en declaraciones a Martí Noticias.
“En estos momentos yo no veo ninguna posibilidad real de que Cuba salga de esta crisis energética. Lo que veo es que, desgraciadamente, la situación se sigue agravando”, sentenció.
Calante cuestionó las inversiones oficiales en energías renovables, como solar y eólica. “No se resuelve nada invirtiendo mil millones de dólares en paneles solares. Eso funciona, pero tiene limitaciones. Los sistemas energéticos necesitan bases sólidas. La base en Cuba tienen que ser las termoeléctricas, y si recibieran buen mantenimiento, podrían funcionar”, explicó.
El especialista detalló cómo se generan los apagones en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN): “Cuando hay mucho consumo y poca oferta, la frecuencia empieza a bajar, las turbinas hacen más esfuerzo y se pueden romper. Para evitarlo, desconectan áreas enteras. Pero como el sistema es tan débil, cuando una gran unidad como la de Matanzas sale del aire, las demás no pueden aumentar potencia a tiempo y se produce el colapso en cadena”.
La raíz del problema, según Calante, está en un entramado de factores: obsolescencia tecnológica, transformadores que revientan por picos de consumo, problemas en la transmisión, falta de combustible y ausencia de mantenimiento. “Son muchos factores que no tienen solución sin una inversión billonaria”, afirmó.
El experto también alertó sobre la fuga de talento en el sector energético: “Preparar un ingeniero para una termoeléctrica lleva diez años. Esa gente se ha ido de Cuba. Ya no hay personal capacitado para reparaciones ni operaciones. El factor humano es fundamental y eso se perdió”.
La corrupción es otro de los elementos que, según él, sabotea el sistema desde adentro. “A veces no se usan los aditivos de mejor calidad, sino los que generan más comisiones”, denunció.
Las consecuencias ya están a la vista: alimentos que se echan a perder, imposibilidad de cocinar, deterioro de la higiene, propagación de enfermedades, falta de medicinas y un turismo inviable en un país con apagones constantes.
“El futuro inmediato de Cuba seguirá marcado por la inestabilidad. Lo que veo para Cuba son colapsos, uno tras otro”, concluyó Calante.