El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes un nuevo ataque militar contra una embarcación presuntamente dedicada al narcotráfico y vinculada a una organización terrorista designada. El operativo, realizado en aguas internacionales bajo la jurisdicción del Comando Sur (USSOUTHCOM), dejó como saldo la muerte de tres hombres a los que el mandatario calificó como “narcoterroristas”.
En una publicación en su red Truth Social, Trump explicó que ordenó al secretario de Guerra ejecutar un “ataque cinético letal” contra la embarcación, que transitaba por una ruta conocida de tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Según el presidente, la inteligencia estadounidense confirmó que la nave transportaba narcóticos ilícitos con destino a territorio norteamericano.
“Ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido en la operación”, precisó. Junto a su anuncio, Trump difundió un video del ataque. En el mismo mensaje, reiteró su discurso de mano dura: “¡Dejen de vender fentanilo, narcóticos y drogas ilegales en Estados Unidos, y de cometer violencia y terrorismo contra los estadounidenses!”.
El ataque, según detalló el mandatario, se realizó en el área de responsabilidad del Comando Sur, que abarca Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Trump no especificó el punto exacto de la operación, aunque mencionó que la embarcación había salido de Venezuela.
El anuncio coincide con la filtración de un borrador de proyecto de ley que circula en Washington y que otorgaría al presidente mayores facultades para actuar contra individuos y países vinculados al narcoterrorismo. De acuerdo con The New York Times, el documento autorizaría no solo acciones militares contra organizaciones criminales, sino también contra naciones que, según la Casa Blanca, colaboren con ellas.
La operación contra la embarcación se suma a otras acciones recientes en la región, con las que Washington intenta frenar el flujo de drogas hacia su territorio, en particular el fentanilo y la cocaína, a los que la Casa Blanca atribuye un impacto devastador en la salud pública estadounidense.