Mario Sardiñas, el actor que da vida al querido personaje de “Chequera” en el programa Vivir del Cuento, ha vuelto a acaparar la atención en redes sociales, esta vez con un video que combina sátira y denuncia en igual medida. Lejos de limitarse al chiste fácil, el contenido ha sacudido la sensibilidad de muchos cubanos, al retratar con dolorosa precisión la odisea que enfrentan los jubilados para cobrar sus pensiones y subsistir.
En el sketch, que ya se ha hecho viral, Chequera aparece exclamando: “Ya pude cobrar mi chequera, mi gente, después de cinco días durmiendo en una cola”. Con su habitual tono entre cómico y resignado, el personaje describe el calvario que deben enfrentar los adultos mayores para acceder a los cajeros automáticos. “No sé a ustedes, mi gente, pero a mí el salario es como la corriente: llega y se va. ¡No, hay veces que ni llega!”, afirma entre risas contenidas.
"1670 pesos se fueron volando: aceite, chupa chupa, sazón completo y una bolsa de pan. Me quedaron 200 pesos, así que como buen jubilado trataré de estirarlo", añade, con una frase que sintetiza el drama cotidiano de millones de cubanos.
Más que comedia, el video ha sido percibido como una denuncia cruda y necesaria. En los comentarios, muchos usuarios corroboran el mensaje con sus propios testimonios: “Así mismo. No alcanza para nada y para cobrar, ¡Dios mío!, a dormir en el cajero, literal”, escribió una usuaria. Otro comentó: “Parece chiste, pero desgraciadamente es una realidad”. La sátira se transforma así en espejo, y el humor se vuelve resistencia.
"Chequera" no solo hace reír: revela una verdad que el régimen intenta ocultar a toda costa. La vejez en Cuba, lejos de ser una etapa de descanso, es un campo de batalla. Pensiones que no llegan a los diez dólares mensuales, precios desorbitados, apagones, escasez de alimentos y medicamentos, y un sistema bancario colapsado completan el panorama. Mientras el discurso oficial insiste en que el sistema de Seguridad Social es “uno de los logros de la Revolución”, los ancianos deben hacer milagros para sobrevivir.
En este contexto, el video de Mario Sardiñas cobra aún más fuerza. Es una bofetada elegante y certera a la indolencia institucional. Desde el disfraz de Chequera, Sardiñas alza la voz por quienes, tras décadas de trabajo, viven olvidados por el sistema. En un país donde criticar abiertamente puede costar caro, el humor se convierte en arma. Una que no mata, pero sí hiere con precisión quirúrgica.
Así, el sketch se vuelve más que una anécdota: es un testimonio, una advertencia y un grito. Un grito que, entre carcajadas y lágrimas, denuncia la amarga realidad de la tercera edad en Cuba.
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