"No puedo dormir. No quiero dormir. Junto a miles de los míos que tampoco pueden. Que tampoco quieren ¡No cierro los ojos! Eso es resistencia. Es un grito de esperanza. Es un desafío en medio de tanta miseria y oscuridad. No quiero dormir. No puedo.
" Y este calor que parece tener la última palabra y este apagón que presume de todopoderoso. No. No es más fuerte que yo ¡No lo es! No es más fuerte que los miles de cubanos que como yo jamás aceptarán que se normalice la miseria y lo inhumano.
Por eso no se cierran mis ojos esta noche. No pueden. No quiero.
"Es un acto de valentía en medio de la penumbra y la desesperanza. La vigilia de un pueblo que se niega a aceptar la injusticia y la opresión como destino inevitable. Es un reclamo silencioso, pero firme, que busca romper el ciclo del miedo y la resignación. En la resistencia, en la insomne mirada hacia el futuro, está la fuerza para seguir luchando.
"El apagón, el calor, la oscuridad, los problemas cotidianos, son apenas símbolos de una realidad más profunda: ¡la lucha por la dignidad y la libertad! El no cerrar los ojos es un acto que se multiplica en miles de hogares, en cada calle, en cada corazón cubano. No es solo desvelo físico; es desvelo del alma, del espíritu que se niega a rendirse"
Son palabras que emiten un pensamiento, el de Lester Rafael Zayas Díaz, sacerdote católico cubano conocido por su compromiso con la comunidad y su postura firme en defensa de los derechos humanos y la dignidad de su pueblo. Su presencia en medio de las dificultades sociales y políticas que enfrenta Cuba es un faro de esperanza para muchos.
A través de sus palabras y acciones, el padre Lester Rafael ha expresado la realidad de miles de cubanos que luchan contra la injusticia y la opresión. Su voz se ha levantado para denunciar la miseria, la falta de libertades y la represión, acompañando a quienes sufren con un mensaje de fe y resistencia.
En sus reflexiones, como en el texto citado, muestra la importancia de la vigilia y la esperanza, la resistencia que no se rinde ante las circunstancias adversas. Es un sacerdote que, además de cumplir su labor espiritual, se ha convertido en un símbolo de lucha pacífica y dignidad para su comunidad.
Su testimonio revela a un líder que no solo acompaña en la oración, sino que también inspira a no cerrar los ojos ante la realidad, a mantener la conciencia despierta y la voluntad firme, especialmente en los momentos más oscuros.
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