El médico cubano exiliado Alexander Jesús Figueredo Izaguirre ha lanzado una contundente denuncia pública contra Fabián Alonso, a quien acusa de representar lo peor del sistema de privilegios políticos en Cuba.
A través de una publicación ampliamente comentada en redes sociales, Figueredo sostiene que Alonso no es un verdadero ejemplo de superación, sino el resultado de un sistema donde la lealtad al Partido Comunista se premia más que el mérito profesional.
Según Figueredo, aunque Fabián Alonso se graduó de médico, nunca ejerció como tal. Desde sus inicios en la Universidad de Ciencias Médicas se dedicó a la política: primero como secretario general de la UJC, luego como funcionario de Salud en la Juventud provincial, y más tarde como primer secretario de la organización comunista juvenil en Arroyo Naranjo.
Tras ser separado de ese último cargo por "conducta inapropiada" ( que no le reportó ninguna sanción) fue reubicado como profesor de enfermería. Inició una residencia en administración de salud que dejó inconclusa y, posteriormente, recibió una beca para cursar un doctorado en Brasil, gracias —según la denuncia— a su cercanía con una rectora simpatizante del régimen.
La crítica de Figueredo se intensifica al señalar la contradicción entre el discurso revolucionario de Alonso y sus acciones en el exilio.
El mismo que "quemó un pasaporte por amor a Cuba" ahora publica desde Hialeah que "se va a Brasil", y mantiene una presencia pública en redes sociales con fotos personales y mensajes que Figueredo tilda de frívolos e hipócritas.
Los comentarios que acompañan la publicación reflejan la indignación de muchos cubanos, quienes coinciden en que Alonso nunca vivió las penurias reales del sistema de salud en Cuba: noches sin dormir, falta de insumos, estrés médico y sacrificio genuino. En cambio, lo ven como alguien que navegó cargos y becas gracias a su fidelidad política, no por su labor médica.
El denunciante es el médico cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, un activista opositor al régimen comunista que se conoce por sus críticas públicas contra la situación del sistema de salud en Cuba y por denunciar la represión, la corrupción y el abuso de poder en instituciones estatales.
Su activismo lo llevó al exilio, desde donde continúa su lucha por una “Cuba libre” mediante publicaciones, denuncias y campañas en redes sociales. En este caso, es el autor de la denuncia contra Fabián Alonso, a quien acusa de ser un símbolo del “doctorado VIP” y del clientelismo comunista.
Actualmente, Fabián Alonso reside fuera de Cuba y mantiene presencia activa en redes sociales. Para sus críticos, representa una contradicción: alguien que enarboló el discurso revolucionario mientras aprovechaba los beneficios del sistema, y que hoy, desde el extranjero, vive una vida alejada del sacrificio de la medicina real en la Isla.
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