Sor Nadieska Almeida Miguel, superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, se ha convertido en una de las voces más claras y contundentes frente a la situación social y moral que atraviesa la Isla.
Su reciente publicación en Facebook, titulada "CUÍDATE", ha resonado rápidamente entre los cubanos y en redes sociales por su fuerza y claridad, mostrando un equilibrio entre denuncia, reflexión y esperanza.
En su mensaje, la religiosa no se limita a alertar sobre la inseguridad cotidiana que viven los ciudadanos, sino que cuestiona directamente las causas de ese abandono. "Sé que nuestro día está cercano, y esa certeza me hace levantarme cada mañana, me impulsa a no desistir en mi grito, en mi intento de soñar que la libertad y la justicia llegarán", asegura Almeida, dejando claro que, pese al miedo, la fe y la esperanza siguen siendo motores de resistencia.
Sor Nadieska enfatiza que las expresiones de cuidado que escucha diariamente han adquirido un significado más profundo en un país donde la violencia, el miedo y la desconfianza han calado en la vida diaria de la población. Preguntas como “¿cuidarme de qué?, ¿de quién o de quiénes?” reflejan su percepción de un entorno asfixiante, marcado por la frustración y el deterioro humano provocado por décadas de control político totalitario.
La religiosa no duda en responsabilizar al sistema socialista que ha regido Cuba durante más de seis décadas. Según sus palabras, este modelo ha "martillado y pisoteado los sueños y expresiones de generaciones enteras", dejando al pueblo cubano en la miseria, sometido y desamparado. Sor Nadieska denuncia que el miedo paraliza a muchos, pero al mismo tiempo, respalda a quienes encuentran la valentía para disentir y expresar sus opiniones pese a los riesgos.
Asimismo, alerta sobre la indiferencia creciente que invade a una sociedad agotada por la crisis económica y espiritual. "Cuidarnos de aquellos que siguen proclamando que la revolución no deja a nadie atrás, y la realidad nos dice que no ha habido época de mayor abandono", enfatiza. Para ella, la decadencia moral y espiritual no es consecuencia del olvido de Dios, sino de una elección colectiva: reemplazar la fe cristiana por una ideología que ha destruido valores y ha dejado profundas cicatrices en la población.
Pese a la crudeza de su análisis, el mensaje de Sor Nadieska está impregnado de esperanza. Insta a los cubanos a reconstruir los valores perdidos, a protegerse mutuamente y a enseñar a las nuevas generaciones que aún es posible soñar con un país distinto. Su llamado final es claro: “Nuestra isla tan azotada puede volver a ser opción para vivir y disfrutar de su belleza natural y de la mayor de sus riquezas, sus hijos”.
El mensaje de Sor Nadieska Almeida se convierte así en un reflejo de resistencia pacífica, lucidez y fe en medio de la adversidad. Denuncia, inspira y desafía el miedo, recordando que la transformación de Cuba depende de la conciencia colectiva y de la valentía de quienes se atreven a alzar la voz frente al sistema que mantiene al país en la mayor de las miserias.
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