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Honduras marca otro revés para la izquierda en América Latina: el voto castiga la pobreza y el desgaste del socialismo

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 1 de diciembre de 2025

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A falta del conteo definitivo, las elecciones en Honduras ya dejaron una señal contundente: la izquierda vuelve a sufrir un duro golpe en América Latina. Con el 55% de las actas escrutadas, los resultados preliminares muestran que los hondureños han enviado un mensaje claro: el proyecto de Libertad y Refundación (Libre), liderado por Xiomara Castro y representado en esta contienda por Rixi Moncada, pierde apoyo y queda relegado a un distante tercer lugar. Una evidencia más de que los pueblos de la región están cansados de promesas vacías, crisis económicas, inseguridad y políticas que han terminado generando más pobreza que progreso.

El Consejo Nacional Electoral reportó que el conservador “Tito” Nasry Asfura encabeza la votación con el 40%, seguido muy de cerca por Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con 39,78%. En contraste, Moncada apenas alcanza el 19,18%, un desplome significativo para un partido que llegó al poder prometiendo refundar el país y que hoy se enfrenta a un claro voto de castigo.

Este panorama se suma a la caída del apoyo a gobiernos y proyectos de izquierda en la región: Argentina, Ecuador, Guatemala, El Salvador y República Dominicana ya han marcado una tendencia similar. Hoy, Honduras se suma a ese movimiento continental donde los electores parecen rechazar modelos que, en la práctica, no han logrado reducir la pobreza, mejorar los servicios básicos ni garantizar la seguridad ciudadana.

Durante la campaña, Trump intervino de manera inesperada respaldando a Asfura y acusando directamente a los candidatos de izquierda de representar una amenaza para Honduras. Aunque polémica, su declaración conectó con un sentimiento presente en amplios sectores de la población: el temor a que el país repita los errores de Venezuela, Nicaragua o Cuba, donde la izquierda no solo ha fracasado económicamente, sino que ha sofocado las libertades.

Mientras Nasralla insistía en su lucha contra la corrupción y Asfura se presentaba como un político práctico y cercano al sector productivo, la candidatura de Moncada se veía atrapada entre denuncias de presunto fraude, acusaciones de incapacidad administrativa del gobierno actual y un creciente desencanto popular. Las promesas de “refundación” han terminado enfrentándose a una realidad donde los hondureños continúan experimentando altos niveles de violencia, pobreza y migración masiva.

El lento reporte del CNE no impidió que la tendencia quedara clara desde temprano. Incluso figuras que habían apoyado al gobierno saliente reconocen que el desgaste del proyecto de izquierda es profundo. Las calles de Tegucigalpa permanecieron en calma, quizás porque la población ya anticipaba un giro político inevitable.

En los centros de votación, las opiniones reflejaron el cansancio generalizado hacia la clase política, pero también una señal inequívoca: más hondureños sienten que la izquierda no cumplió. Mientras algunos ciudadanos expresaron desilusión con todos los candidatos, otros señalaron que el país necesita avanzar hacia modelos que generen desarrollo real y no discursos ideológicos.

La izquierda se hunde en Honduras no solo por los errores de campaña o por la intervención externa, sino porque los hondureños —al igual que otros pueblos de la región— han comprobado que las recetas socialistas no les han traído prosperidad ni estabilidad. Con estas elecciones, Honduras parece alinearse con una tendencia continental donde las urnas están dejando claro que los ciudadanos quieren gobiernos eficaces, seguridad, oportunidades económicas y un rumbo lejos de la miseria que ha caracterizado a tantos proyectos de izquierda.


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