Aunque el ritmo de descenso se ha desacelerado levemente, el turismo en Cuba sigue en números rojos. Al cierre de septiembre de 2025, la isla había recibido 1 366 720 visitantes internacionales, lo que representa una caída del 20,5 % respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Esto significa que Cuba perdió casi 400 mil turistas en comparación con los 1,7 millones alcanzados hasta septiembre de 2024, una cifra que ya entonces reflejaba un declive del 5,2 % frente a 2023.
El descenso acumulado se había situado en 25 % al cierre del primer semestre y en 21,6 % en agosto, por lo que la mejora de septiembre resulta insuficiente para revertir la tendencia. De hecho, el país tendría que duplicar las llegadas en el último trimestre del año para alcanzar los 2,6 millones de visitantes previstos oficialmente, una meta que los expertos consideran irrealizable.
Incluso lograr igualar los 2,2 millones de turistas de 2024, la cifra más baja en 17 años (sin contar los años de pandemia), parece fuera de alcance.
Por países emisores, Canadá, Rusia y Estados Unidos se mantienen como los tres principales mercados, aunque por primera vez Rusia supera a EE. UU. en el segundo puesto. Sin embargo, todos registran descensos significativos: Canadá cayó un 19,5 %, Estados Unidos un 19,6 % y Rusia un 37,2 %, siendo esta última una de las reducciones más pronunciadas.
Entre los diez principales mercados de origen, solo Argentina creció, con un aumento del 7 % interanual, mientras que México retrocedió un 9,3 %. En Europa, las caídas fueron aún más marcadas: Alemania (-43,5 %), España (-27,1 %) y Francia (-23,8 %).
También descendió el número de cubanos residentes en el exterior que viajaron al país, un segmento clave que se redujo un 20,7 % frente al año anterior.
La crisis del turismo cubano —tradicional motor económico del país— se explica por una combinación de factores estructurales: la grave crisis económica y energética, la escasez de servicios básicos, los recortes en las rutas aéreas, y las sanciones estadounidenses, que continúan limitando los viajes y las operaciones financieras vinculadas al sector.
El turismo es considerado vital para la recuperación económica del Gobierno cubano, por su aporte al PIB y la entrada de divisas, junto con los servicios profesionales y las remesas. Sin embargo, los resultados de los últimos años confirman un estancamiento prolongado:
-2022: 1,6 millones de visitantes
-2023: 2,4 millones
-2024: 2,2 millones
Todas estas cifras quedan muy lejos de los récords de 2018 (4,6 millones) y 2019 (4,2 millones), alcanzados durante el “deshielo” diplomático entre Washington y La Habana, cuando se flexibilizaron las restricciones de viaje desde Estados Unidos.
Actualmente, la situación del turismo cubano contrasta con la de otros destinos caribeños. Lugares como Punta Cana (República Dominicana) y Cancún (México) han registrado récords históricos de visitantes tras la pandemia, mientras la isla se mantiene rezagada, sin señales de una recuperación sostenida.
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