Foto de Árbol Invertido
Cuba vuelve a estremecerse con una historia que retrata el dolor y la impotencia de un pueblo. Una mujer de Guanabacoa grabó un video dentro del Policlínico Ángel Machaco Ameijeiras, donde denunció la muerte de su madre por falta de atención médica y recursos. Su frase —“Aquí no hay nada”— se ha convertido en un símbolo del colapso sanitario que vive la Isla.
El video, difundido inicialmente por la plataforma independiente Árbol Invertido, muestra a la mujer caminando por pasillos vacíos, equipos rotos y salas sin médicos. Con la voz quebrada por la indignación, repite: “No hay pacientes, no hay médicos, no hay servicio. Mi mamá se me murió aquí ayer y nada hay.”
Según su testimonio, el equipo de oxígeno no funcionaba y el personal sanitario carecía de insumos básicos para atender emergencias. Los enfermeros presentes trabajaban sin dirección ni medios, mientras los aparatos de terapia estaban averiados. “Mi mamá llegó aquí viva. No hay nada. Los médicos no saben qué hacer”, lamentó.
La denuncia generó una ola de reacciones en redes sociales, amplificada por organizaciones como Alas Tensas y Árbol Invertido, que calificaron la escena como el reflejo del hundimiento del sistema de salud pública cubano.
“La gente se está muriendo sin atención ni medicamentos”, denunció Alas Tensas, al cuestionar el mito de la “potencia médica” que el régimen sostiene desde hace décadas.
Árbol Invertido, por su parte, fue más contundente:“No es culpa de un médico o de una enfermera; es el resultado de un sistema que dejó de cuidar a su gente hace mucho tiempo.”
Entre los cientos de comentarios en redes, otros usuarios compartieron historias similares de negligencia médica. Un hombre relató que su madre falleció en un policlínico de Artemisa “por falta de oxígeno y medicamentos”, un testimonio que se repite de provincia en provincia.
La grabación se produce pocos días después de otro caso viral: el de Leydis Moreno, una madre holguinera que denunció las deplorables condiciones del Hospital Pediátrico de Holguín, donde su hijo enfermo permanecía sin atención. Solo tras la viralización de su video, las autoridades reaccionaron.
El Observatorio Cubano de Conflictos calificó la actual situación sanitaria como un “genocidio silencioso”, una definición que encuentra eco en las cifras oficiales: más de 20.000 casos de chikungunya, hospitales saturados y escasez crítica de medicamentos, equipos y personal médico.
En lo que alguna vez fue el orgullo del régimen —el sistema de salud pública cubano—, hoy reinan el abandono, la desidia y la desesperanza. La escena registrada en Guanabacoa resume el drama nacional con una frase que ya resuena como epitafio de toda una época:“Aquí no hay nada.”
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