Un nuevo hecho de violencia ocurrido en Boca de Camarioca, localidad del municipio Cárdenas, en la provincia de Matanzas, vuelve a poner en evidencia el creciente clima de inseguridad que se vive en Cuba, especialmente en comunidades que hasta hace poco eran consideradas tranquilas.
Según información difundida por el perfil oficialista Con Todos La Victoria, varios individuos con los rostros cubiertos irrumpieron de manera violenta en una vivienda del poblado costero. Una vez dentro, amenazaron y agredieron a un matrimonio residente, causándoles lesiones físicas, una de ellas de carácter grave, lo que da cuenta del nivel de brutalidad con el que se ejecutó el asalto.
Durante el ataque, los agresores se apoderaron de 135 mil pesos cubanos y 4 mil dólares estadounidenses, además de teléfonos celulares, joyas de oro, cuchillos y el equipo de grabación del sistema de cámaras de seguridad del inmueble. El hecho de que los asaltantes se llevaran el dispositivo de grabación sugiere premeditación y conocimiento de los riesgos, una señal cada vez más frecuente en delitos cometidos en distintas zonas del país.
El robo no solo dejó pérdidas materiales significativas, sino también secuelas físicas y psicológicas en las víctimas, que fueron sorprendidas dentro de su propio hogar, un espacio que debería ser sinónimo de protección y no de temor. Este tipo de delitos refuerza la percepción ciudadana de que ya no existen lugares seguros, ni siquiera en poblados pequeños o alejados de los grandes centros urbanos.
Los presuntos autores fueron identificados como Diosmey de Jesús Hidalgo Rodríguez y Manuel Alexander Nimer Paz, ambos con antecedentes por robos con fuerza y violación de domicilio. La reincidencia vuelve a ser un elemento clave en este caso, alimentando el debate sobre la efectividad de las sanciones penales y la falta de políticas preventivas que aborden las causas profundas del delito.
Aunque parte de los bienes sustraídos fueron recuperados, el hecho se suma a una larga lista de robos violentos, asaltos y agresiones que se reportan casi a diario en redes sociales y medios alternativos, a menudo en contraste con el discurso oficial que durante años minimizó la criminalidad en la isla.
El incremento de la delincuencia ocurre en un contexto marcado por una profunda crisis económica, escasez de alimentos, inflación descontrolada y deterioro de las condiciones de vida. Para muchos cubanos, estos factores están estrechamente relacionados con el aumento de la violencia, el robo y otras conductas delictivas que se han normalizado en la cotidianidad.
Raúl Castro vuelve a decidir sin cargo: el poder real sigue en manos del viejo dictador
Hace 7 horas
Abogado advierte que el golpe del cese del parol recae sobre quienes siguen en la Isla
Hace 13 horas