El pasado sábado por la noche, el Jazz at Appel Room del Lincoln Center en Nueva York fue testigo de un hecho histórico: Fernando Mendoza se convirtió en el primer jugador de origen cubano en ganar el Trofeo Heisman, el galardón más prestigioso del fútbol americano universitario en Estados Unidos, otorgado desde 1935 al jugador más destacado de la NCAA.
El fútbol americano universitario es un deporte estratégico y físico, en el que el quarterback, posición que ocupa Mendoza, lidera el ataque del equipo, tomando decisiones rápidas para avanzar el balón por el campo y generar anotaciones. Este deporte combina velocidad, fuerza y coordinación, y el Heisman reconoce al atleta que destaca en estas habilidades durante toda la temporada.
Mendoza, de 22 años, no solo rompió barreras por su origen, sino que también se convirtió en el primer jugador de la Universidad de Indiana en recibir este prestigioso trofeo. Durante la temporada 2025, lideró a los Indiana Hoosiers hasta el primer puesto del College Football Playoff, acumulando 2,980 yardas por pase y 33 touchdowns, cifras que lo consolidaron como uno de los quarterbacks más destacados de la nación.
En la ceremonia, Mendoza ofreció un discurso emotivo, lleno de humildad y agradecimientos. Dedicó el trofeo a sus compañeros de equipo, entrenadores y, especialmente, a su familia, hablando en español para honrar a sus cuatro abuelos, todos emigrados cubanos, quienes marcaron sus raíces y valores.
“A mis linieros, receptores y alas cerradas, este trofeo podrá tener mi nombre, pero les pertenece a todos ustedes”, expresó. Además, agradeció a sus padres: “Mamá, siempre has sido mi mayor fan, tu sacrificio y fortaleza me enseñaron a creer y luchar. Papá, gracias por enseñarme que el talento sin disciplina no vale nada; estoy aprendiendo a ser un hombre gracias a tu ejemplo”.
Fernando Mendoza nació el 1 de octubre de 2003 en Miami, Florida, y es nieto de inmigrantes cubanos que dejaron la isla buscando mejores oportunidades. Creció en el Christopher Columbus High School de Miami, donde se destacó en fútbol americano antes de jugar en la Universidad de California. Posteriormente se trasladó a la Universidad de Indiana, donde alcanzó la cima de su carrera universitaria.
Su logro representa no solo un hito personal, sino también un orgullo para la comunidad cubana en Estados Unidos, al convertirse en un referente de excelencia deportiva y perseverancia. Además, abre la puerta para que más atletas de origen latino puedan aspirar a los máximos reconocimientos en deportes tradicionalmente dominados por estadounidenses de otras raíces.
El Heisman, además de reconocer el talento individual, refleja la capacidad de un jugador de liderar a su equipo en los momentos más decisivos, algo que Mendoza demostró de manera sobresaliente durante toda la temporada, marcando un antes y un después en la historia del fútbol americano universitario.
Con su victoria, Fernando Mendoza consolida su nombre entre los grandes del deporte y se perfila como una de las figuras que podría dar el salto a la NFL en el Draft de 2026, llevando consigo el orgullo de sus raíces cubanas y la historia de sus cuatro abuelos emigrados.
Fuente: El Diario
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