El lanzador pinareño Randy Martínez firmó por su segunda temporada con los Dragones de Chunichi en la Liga Japonesa de Béisbol (NPB), en un acto celebrado en el Salón Adolfo Luque del Estadio Latinoamericano y con la presencia del presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Juan Reinaldo Pérez Pardo. Su renovación confirma la apuesta japonesa por un talento joven que sigue en desarrollo y que forma parte de una generación que mantiene viva la presencia cubana en uno de los mejores campeonatos del mundo.

Martínez, un zurdo de solo 22 años, debutó en 2025 en el sistema de granjas de Chunichi, donde los entrenadores japoneses comenzaron a pulir su mecánica y control. Su llegada marcó el ingreso de otro pinareño a la NPB, una provincia que ha logrado destacar internacionalmente por la calidad de sus brazos, siguiendo los pasos de figuras reconocidas como Liván Moinelo, Raidel Martínez y Frank Abel Álvarez.

La renovación de Randy tiene un significado doble: por un lado, garantiza continuidad en su proceso de adaptación al béisbol nipón, conocido por su disciplina, exigencia táctica y enfoque técnico; por otro, refuerza el puente histórico entre Cuba y Japón, que durante la última década ha visto un crecimiento notable de jugadores antillanos que han brillado en la liga.

Entre ellos sobresale Raidel Martínez, uno de los mejores cerradores del béisbol japonés y actual figura de los Yomiuri Giants, cuyo contrato multimillonario lo convierte en uno de los latinos mejor pagados en la historia de la NPB. También destaca Liván Moinelo, zurdo élite de los Fukuoka SoftBank Hawks, considerado uno de los relevistas más consistentes del campeonato.

A esta lista se suma el veterano Dayán Viciedo, poderoso bateador que renovó recientemente para continuar su carrera en Japón, y el joven infielder Cristián Rodríguez, otro talento cubano bajo el sistema de desarrollo de los Dragones de Chunichi. La combinación de figuras establecidas y talentos emergentes demuestra que el mercado japonés mantiene su confianza en el pelotero cubano, valorado por su capacidad atlética y su proyección.

Aunque la NPB redujo ligeramente la cantidad de jugadores extranjeros en 2025, los cubanos han logrado sostener su espacio gracias al rendimiento, versatilidad y capacidad de ajuste. La presencia de Martínez confirma que los equipos japoneses siguen observando el desarrollo del béisbol en la isla, especialmente en el pitcheo, un área donde Cuba ha logrado resultados sólidos incluso en medio de dificultades estructurales.

Con su nueva firma, Randy Martínez afronta la temporada con la misión de seguir creciendo, estabilizar su comando, sumar innings de calidad y aspirar a un ascenso al primer equipo. Su progreso será clave no solo para su carrera, sino también para reforzar la imagen del lanzador cubano en la NPB.

La rúbrica en el Latinoamericano no solo fue un acto contractual, sino una señal de continuidad, esperanza y reconocimiento al talento joven que todavía emerge desde Cuba hacia el exigente béisbol japonés.

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