Un ataque con misiles lanzado por Irán contra la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Catar, no provocó víctimas ni daños materiales de consideración, según confirmó este lunes el Departamento de Defensa de Estados Unidos. El hecho ocurre en un contexto de creciente tensión tras los recientes bombardeos de EE.UU. contra instalaciones nucleares iraníes.
“Hasta el momento no hay informes de bajas estadounidenses”, indicó un portavoz del Pentágono, quien también aseguró que se sigue monitoreando la situación y que se proporcionará más información cuando esté disponible. La base, ubicada cerca de Doha, es la mayor instalación militar estadounidense en Medio Oriente, con aproximadamente 10,000 efectivos desplegados.
El ataque fue atribuido a la Guardia Revolucionaria de Irán como parte de una represalia anunciada por Teherán luego de la operación estadounidense conocida como “Midnight Hammer”, en la que fueron bombardeadas las plantas nucleares iraníes de Fordó, Natanz e Isfahán.
Aunque los misiles iraníes fueron lanzados con dirección a Al Udeid, un funcionario reveló que no llegaron a impactar dentro de la instalación. Como medida preventiva, el personal militar fue evacuado de ciertas áreas sensibles horas antes del ataque, tras una alerta de inteligencia que anticipaba una posible respuesta iraní.
Por su parte, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán afirmó que el ataque “no representó una amenaza para nuestro país amigo y hermano, Catar, ni para su noble pueblo”, en un intento de limitar la escalada diplomática con Doha.
Sin embargo, el gobierno catarí condenó enérgicamente el lanzamiento de misiles y llamó a todas las partes a retomar el camino de la diplomacia. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar aseguró que sus defensas aéreas interceptaron con éxito los proyectiles, evitando cualquier daño humano o material.
La Embajada de Estados Unidos en Catar ya había emitido una advertencia horas antes del ataque, aconsejando a los ciudadanos estadounidenses permanecer en sus hogares “hasta nuevo aviso” por un posible deterioro en la seguridad regional.
Este episodio agrava la ya tensa situación en Medio Oriente, donde Washington y Teherán mantienen una confrontación prolongada por temas nucleares, sanciones económicas y apoyo a grupos armados en la región. Desde la Casa Blanca, altos funcionarios han reiterado que cualquier ataque a ciudadanos o intereses estadounidenses “tendrá una respuesta decisiva”.
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