La comunidad cubana en Guyana continúa creciendo, y con ella aumenta el deseo de integrarse de forma plena a la sociedad local. Al frente de este movimiento se encuentra el músico cubano Yordan Gil, vicepresidente de la recién creada Comunidad Cuba-Guyana, quien ha alzado la voz para solicitar al gobierno guyanés mayores oportunidades laborales y acceso a la ciudadanía para los migrantes cubanos.
En declaraciones al diario Stabroek News, Gil explicó que muchos de los entre 5,000 y 6,000 cubanos que actualmente residen en Guyana han logrado mejorar significativamente su calidad de vida respecto a la que tenían en la isla, aunque siguen enfrentando graves obstáculos para obtener un estatus legal estable. “Como veo que la vida en Guyana es mucho mejor que en Cuba, muchísimo mejor, decidí quedarme aquí para tener una vida mejor, y muchos cubanos también”, expresó el músico y maestro sinfónico, reflejando el sentir general de la comunidad.
El mayor problema que enfrentan, señaló, es la dificultad para conseguir residencia o ciudadanía. El sistema actual solo permite extensiones de visa por tres meses, generalmente con un máximo de dos prórrogas, lo que deja a los migrantes en una situación de constante incertidumbre. Muchos profesionales —médicos, ingenieros, artistas— se ven obligados a desempeñarse en empleos ajenos a su preparación. “El proceso es muy difícil”, lamentó Gil, destacando cómo la precariedad legal frena el desarrollo personal y profesional de los cubanos en el país.
A pesar de estas dificultades, buena parte de la comunidad valora la acogida del pueblo guyanés y las oportunidades, aunque limitadas, para reconstruir sus vidas lejos de la escasez y el control estatal de Cuba. Sin embargo, Gil advierte que sin políticas inclusivas y vías claras hacia la regularización, la integración plena seguirá siendo una meta lejana.
El testimonio del músico pone en evidencia un fenómeno migratorio que se ha intensificado en los últimos años. Miles de cubanos han buscado en el Caribe y Sudamérica —incluida Guyana— una salida a la crisis económica y política de la isla. Según reportes de medios como CiberCuba, algunos ciudadanos han llegado incluso a intercambiar sus casas completamente amuebladas por pasajes a Guyana, reflejando la desesperación y el anhelo de un nuevo comienzo.
Este creciente éxodo revela no solo la magnitud de la crisis humanitaria que vive Cuba, sino también la determinación de quienes buscan una vida digna en nuevos territorios. En medio de las barreras del idioma, la burocracia y la falta de garantías legales, los cubanos siguen luchando por algo esencial: sentirse parte de una sociedad y tener un lugar al que llamar hogar.
“Queremos trabajar, aportar, y sentirnos parte de esta sociedad”, resumió Gil. “Solo pedimos la oportunidad de hacerlo legalmente.” Su mensaje refleja el espíritu de una comunidad que no busca privilegios, sino la posibilidad de construir una vida mejor con esfuerzo y legitimidad.
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