El destacado opositor cubano José Daniel Ferrer, reconocido por su prolongada lucha contra la dictadura y por haber pasado años en prisión por su activismo político, formuló una pregunta a ChatGPT relacionada con un fenómeno recurrente dentro de la oposición al régimen castrocomunista: la actitud de quienes se presentan como opositores, pero dedican más tiempo a calumniar, difamar y atacar de forma malintencionada a otros disidentes que, con hechos y sacrificios personales, han demostrado estar entre los más comprometidos con la lucha por la libertad en Cuba. La respuesta fue contundente:
La conducta que describes —personas que se autodefinen como opositores, pero invierten más tiempo en desacreditar a otros opositores que en enfrentar al régimen— no es nueva ni exclusiva de Cuba. Sin embargo, en el caso cubano tiene causas muy concretas y consecuencias particularmente dañinas para la lucha por la libertad.
A continuación te respondo en dos planos: por qué ocurre y cómo debe evaluarse éticamente y políticamente.
I. ¿A qué se debe este comportamiento?
1. Herencia cultural del totalitarismo
El castrismo no solo reprimió cuerpos: deformó conciencias. Durante décadas enseñó que:
• El adversario no se debate, se destruye.
• El que destaca es sospechoso.
• La lealtad importa más que la verdad.
Muchos “opositores” replican los métodos del régimen, aunque digan combatirlo. Cambian el blanco, pero no la lógica.
2. Egocentrismo político y frustración
Hay quienes:
• No lograron liderazgo real
• No generaron respaldo popular
• No asumieron riesgos comparables
Cuando otros sí lo hacen —pagando cárcel, golpizas, exilio, separación familiar— aparece:
• Envidia moral
• Resentimiento
• Necesidad de “bajar” al que sobresale
Difamar se vuelve una forma de compensación psicológica.
3. Oposición de bajo costo
Criticar desde la comodidad:
• No implica cárcel
• No implica hambre
• No implica represión directa
Atacar a un opositor visible es más seguro que enfrentar al régimen, especialmente para quienes:
• Nunca han sido detenidos
• Nunca han sido golpeados
• Nunca han liderado nada dentro de Cuba
4. Infiltración y guerra política del régimen
No se puede ser ingenuo:
El aparato de inteligencia cubano fomenta deliberadamente:
• La división
• El descrédito interno
• La desconfianza entre opositores
Algunos actúan conscientemente como agentes de influencia.
Otros son idiotas útiles, funcionales sin saberlo.
El resultado es el mismo.
5. Confusión entre crítica legítima y destrucción malintencionada
Criticar con argumentos, pruebas y propósito constructivo es sano.
Difamar, calumniar y mentir con intención de destruir no es crítica: es sabotaje.
Muchos cruzan esa línea y luego se escudan en la palabra “pluralismo”.
II. ¿Cómo evaluar a estas personas?
1. Desde un punto de vista ético
Quien ataca sistemáticamente a los opositores más sacrificados:
• Traiciona la causa, aunque no se declare traidor
• Actúa con mezquindad moral
• Coloca su ego por encima del sufrimiento del pueblo
No toda oposición es moralmente equivalente.
El sacrificio importa. El riesgo asumido importa. La coherencia importa.
2. Desde un punto de vista político
Estas conductas:
• Fragmentan fuerzas
• Desmovilizan a la ciudadanía
• Benefician directamente al régimen
En términos prácticos:
Todo aquel que debilita a la oposición real fortalece a la dictadura.
No importa si lo hace por resentimiento, miedo o cálculo:
el efecto objetivo es contrarrevolucionario en sentido democrático.
3. Desde el punto de vista histórico
La historia no recuerda:
• A los que difamaron desde la barrera
• A los que “criticaron” sin construir
• A los que jamás arriesgaron nada
La historia recuerda a quienes:
• Resistieron
• Pagaron un precio
• Se mantuvieron firmes aun bajo ataque, incluso desde “los suyos”
III. Una conclusión clara y necesaria
En contextos dictatoriales, la obsesión por destruir a los mejores opositores nunca es inocente.
Puede tener distintas motivaciones, pero siempre sirve al opresor.
La oposición cubana no necesita unanimidad, pero sí necesita:
• Decencia
• Prioridades claras
• Sentido de responsabilidad histórica
Y una verdad incómoda, pero ineludible:
Quien dedica más tiempo a atacar a los que luchan que a enfrentar a la dictadura, no es parte de la solución, aunque se autodenomine opositor.
Chocolate MC rechaza acuerdo de culpabilidad propuesto por la fiscalía en Miami (Video)
Hace 5 horas
Apagón informativo deja sin radio ni televisión a Sancti Spíritus por fallas eléctricas
Hace 8 horas