Un grupo de delincuentes fue detenido recientemente en La Habana tras robar varias unidades de moto almacenadas en una Mipyme dedicada a remotorización de triciclos, conocida como Mecánica 11. El hecho ocurrió en el municipio Habana del Este y fue denunciado en redes sociales por vecinos de Alamar, según el perfil oficialista "El Cubano Fiel", cercano a fuentes policiales.
Los ladrones accedieron al local rompiendo el techo del establecimiento, llevándose consigo los motores destinados a proyectos de transporte ligero. Lo insólito, aunque no sorprendente dada la realidad actual del país, es que los equipos sustraídos comenzaron a ser ofertados rápidamente en redes sociales, lo que llevó al propietario de la Mipyme a detectar el intento de reventa.
Según la versión publicada, el afectado logró contactar con los supuestos vendedores —quienes ya promocionaban las unidades en internet— y fingió interés en comprar una de ellas. La cita se pactó en el municipio San Miguel del Padrón, donde se desplegó un operativo conjunto entre la víctima, la policía y la unidad de investigaciones conocida como DTI.
Los delincuentes llegaron al lugar en un sidecar y fueron arrestados en el acto. En ese momento se logró recuperar una de las unidades robadas. Posteriormente, la policía realizó un registro en la vivienda de uno de los implicados, ubicada en el municipio de Guanabacoa, donde fueron halladas las restantes piezas sustraídas.
El caso ha generado indignación entre vecinos de la zona y usuarios en redes sociales, no solo por el robo en sí, sino también por la facilidad con que estos bienes robados fueron puestos en circulación en plataformas digitales. Aunque la narrativa oficial ha intentado resaltar la efectividad del operativo policial, lo cierto es que la inseguridad en torno a los negocios privados ha ido en aumento, y muchos emprendedores viven con el temor de que su inversión sea blanco de acciones delictivas ante la falta de protección real.
Además, este episodio pone en evidencia cómo las redes sociales se han convertido en espacio común para la venta de artículos robados, una tendencia cada vez más visible en la Cuba actual, marcada por crisis económica, inflación y deterioro institucional.
La Mipyme afectada, Mecánica 11, ha sido parte del creciente sector privado que intenta impulsar soluciones de movilidad urbana a través de la remotorización de triciclos, un servicio muy demandado en zonas periféricas de la capital. El golpe sufrido no solo representa una pérdida económica significativa, sino que también retrasa proyectos que suplen necesidades sociales en un contexto de escasez de transporte público.