Cuba arrancó agosto igual que terminó julio: a oscuras. Con un déficit eléctrico de 1.843 megavatios, el país se enfrenta a una crisis energética cada vez más profunda, mientras el régimen solo ofrece excusas.
Más de la mitad del territorio nacional pasará las noches sin electricidad, y con ello sin agua, sin ventilación y sin descanso.
La termoeléctrica "Antonio Guiteras", una de las principales del país, sigue fuera de servicio por avería, y aunque las autoridades aseguran que podría sincronizarse este viernes, no cubrirá la demanda nocturna.
Las plantas de Santa Cruz, "Céspedes" y otras unidades en Renté también están detenidas, algunas por mantenimiento programado, otras simplemente por fallos acumulados. El sistema eléctrico nacional colapsa sin respuestas claras, con una ciudadanía cada vez más indignada.
"La Habana tiene electricidad, Varadero tiene turismo... ¿y el resto de Cuba qué tiene? Oscuridad y mosquitos", escribió un usuario desde Camagüey. En redes sociales, el desahogo popular es imparable: madres desesperadas, ancianos enfermos, niños sin dormir, negocios paralizados. Mientras tanto, las promesas del gobierno se evaporan como la poca agua que llega a los hogares.
Los comentarios más duros se repiten en cada publicación oficial: "no hay luz, no hay gas, no hay comida y todavía piden paciencia". Las quejas, que ya rozan el grito, revelan no solo la molestia por los apagones prolongados —algunos ya superan las 24 horas— sino también el hartazgo con una dirigencia que solo reacciona para justificar fracasos.
"Nos dijeron que en julio mejorarían los apagones, pero ahora en agosto estamos peor", escribió Yasmany González desde Holguín. "Aquí ya no creemos en promesas ni en mantenimientos, esto es puro abandono", opinó Odalys Jiménez.
Muchos coinciden en que el sistema energético refleja el colapso total de un país donde ni el calor, ni la oscuridad, ni el hambre encuentran alivio.
Las fallas no solo se acumulan en las plantas eléctricas. La falta de combustible, las obras inconclusas y la ausencia de planificación real revelan que el problema no es técnico, sino estructural.
“Esto no es una avería, es una negligencia sostenida”, escribió Guille CF en Facebook, señalando directamente a la cúpula gobernante.
"La gente ya no protesta solo por la luz, protesta porque no ve futuro". La Isla arde bajo el sol del verano, pero en cada apagón se enfría la esperanza de un cambio. En lugar de soluciones, la población recibe discursos repetidos, cronogramas incumplidos y una gestión que ya no convence a nadie.