Lo que para muchos sería una infracción menor terminó en una posible orden de deportación. Azael Martínez Sánchez, un cubano de 47 años, fue arrestado en la playa de New Smyrna, en Florida, por sostener una lata abierta de cerveza. Ahora permanece detenido y bajo custodia de las autoridades migratorias, a la espera de que ICE (Inmigración y Control de Aduanas) decida su futuro en Estados Unidos.
El incidente ocurrió el pasado 13 de junio cuando un agente local observó a Martínez con una lata de cerveza Modelo Especial de 355 mililitros en la mano, mientras descansaba junto a un joven en la parte trasera de una camioneta con una neverita. En el condado de Volusia, como en muchas otras jurisdicciones de Florida, está prohibido consumir alcohol en playas públicas, bajo las leyes de “contenedores abiertos”.
Lo que transformó este hecho en un caso federal fue que, tras detenerlo, el agente notificó de inmediato a ICE y envió un informe a Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), alegando que el arrestado se encontraba en el país ilegalmente. La respuesta no tardó en llegar: ICE confirmó que Martínez tenía una orden de detención migratoria activa.
Las imágenes de la cámara corporal del oficial captaron el momento en que el cubano fue esposado y trasladado a la cárcel del condado. “Desafortunadamente, tengo que llevarlo a la cárcel de la sucursal. Necesito que se dé la vuelta y ponga las manos en la espalda”, se escucha decir al agente.
Martínez ingresó legalmente a Estados Unidos por vía aérea en enero de 2023 y ha residido desde entonces en Florida. Según declaraciones recogidas en la investigación, solicitó asilo y ha trabajado de forma estable en una finca de fresas, cuyo dueño, Gordon Baggett, aseguró que ICE ya había verificado su estatus migratorio en el momento de su contratación.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa cómo las políticas de cooperación entre las autoridades locales y federales pueden criminalizar conductas menores para justificar acciones migratorias severas. Aunque las fuerzas del orden actuaron dentro del marco legal, queda claro que la detención de Martínez responde a una estrategia más amplia: usar cualquier violación, por insignificante que sea, como excusa para iniciar procesos de deportación.
La Oficina del Sheriff de Volusia lo ha dejado claro: “Hemos notificado proactivamente a ICE cuando identificamos a un individuo que creemos que está en este país ilegalmente”, afirman en su política de colaboración.
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