El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una de las medidas más contundentes adoptadas hasta ahora contra el gobierno de Nicolás Maduro al declarar al régimen venezolano como una organización terrorista extranjera, una decisión que marca un nuevo punto de inflexión en la ya tensa relación entre Washington y Caracas.
El anuncio fue realizado por el propio mandatario a través de su red social Truth Social, donde justificó la determinación alegando que el gobierno venezolano utiliza los recursos petroleros del país para financiar actividades criminales. Trump sostuvo que esos ingresos sirven, según su versión, para respaldar el narcotráfico, la trata de personas, el terrorismo y otras formas de violencia organizada.
En el mismo mensaje, el presidente afirmó que Estados Unidos ha desplegado una presencia naval sin precedentes en el área del Caribe y el norte de Sudamérica, con el objetivo de reforzar el control marítimo y evitar la salida de crudo venezolano mediante esquemas que violen las sanciones internacionales. Como parte de esta estrategia, Trump ordenó un bloqueo total de los petroleros autorizados o sancionados que entren o salgan de Venezuela, endureciendo aún más el cerco económico.
“El régimen de Maduro ha utilizado activos robados para sostener su estructura criminal. Estados Unidos no permitirá que un gobierno hostil continúe beneficiándose de recursos que, según nuestra evaluación, fueron obtenidos de manera ilegítima”, señaló el mandatario, quien también aseguró que su administración está acelerando la deportación de inmigrantes indocumentados vinculados a Venezuela que hayan cometido delitos en territorio estadounidense.
La decisión se inscribe dentro de una política de máxima presión que Trump ha reactivado desde su regreso a la Casa Blanca. El presidente ha reiterado en múltiples ocasiones que considera a Maduro como el líder de una red criminal transnacional, a la que vincula con el llamado Cartel de los Soles, estructura que ya había sido previamente señalada por Washington por sus supuestos nexos con el narcotráfico.
El anuncio se produce pocos días después de un incidente que elevó aún más la tensión bilateral. El pasado 10 de diciembre, autoridades estadounidenses interceptaron y confiscaron un buque cisterna sancionado por el Departamento del Tesoro que acababa de zarpar de Venezuela con un cargamento de petróleo. Desde Caracas, el hecho fue calificado como un “acto de piratería” y un “robo descarado” por parte del gobierno de Maduro.
La designación del régimen venezolano como organización terrorista extranjera podría tener amplias repercusiones diplomáticas y económicas, no solo para Venezuela, sino también para países aliados que mantengan vínculos energéticos o financieros con Caracas. La medida refuerza el aislamiento internacional del gobierno venezolano y abre la puerta a nuevas sanciones y acciones legales contra personas y entidades que colaboren con él.
Mientras tanto, la Casa Blanca dejó claro que mantendrá la estrategia de presión hasta lograr cambios sustanciales en la conducción política de Venezuela.
Se trata de una nueva escalada de Trump en medio de su campaña de presión sobre el régimen de Maduro, a quien acusa de liderar el Cartel de los Soles, la cual ya fue designada por EE. UU. como organización terrorista extranjera (FTO).
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