Un espeluznante hallazgo sacudió este mediodía a los residentes del municipio de El Cerro, en La Habana, donde fue encontrado el cuerpo sin vida de un bebé dentro de un contenedor de basura, en la intersección de las calles Infanta y Santa Rosa.
Según reportes publicados en la página de Facebook La Tijera, fue un vecino del lugar quien descubrió la trágica escena y notificó de inmediato a las autoridades. Efectivos de la Guardia Operativa se desplazaron al sitio para iniciar las investigaciones, aunque hasta el momento no se ha revelado la edad exacta del menor, la causa del fallecimiento ni si el cuerpo fue arrojado al basurero ya sin vida.
Este caso representa un síntoma más del profundo deterioro social que sufre el país, donde el abandono, la violencia y la desesperación se han convertido en parte del día a día para miles de familias.
El suceso, descrito por testigos como “devastador” y “difícil de digerir”, se suma a una ola creciente de hechos macabros que han ido en aumento en la isla, marcada por feminicidios, robos, violencia doméstica, abandono infantil y otros crímenes graves, en su mayoría silenciados o minimizados por los medios oficiales.
La profunda crisis económica, la falta de apoyo estatal a las familias vulnerables y el colapso de los servicios sociales y de salud, son algunos de los factores que expertos y activistas han identificado como parte de un entorno cada vez más hostil para la infancia y las mujeres en Cuba. En este contexto, tragedias como la ocurrida en El Cerro se hacen más frecuentes y, lo que es peor, muchas veces permanecen impunes.
El hallazgo del bebé sin vida en un basurero no solo representa una tragedia individual, sino también un símbolo del abandono colectivo que padece gran parte del pueblo cubano. En un país donde no hay suficientes recursos para alimentar, cuidar o proteger a sus ciudadanos más vulnerables, lo ocurrido en El Cerro es, tristemente, una advertencia más de lo que sucede cuando la desesperanza supera a la vida.