La comunidad cubana en Uruguay vive días de profundo dolor tras confirmarse la identidad de Abel Luis Vázquez Licea, joven cubano que falleció en un trágico accidente ocurrido el pasado martes 14 de octubre en la ruta 7, a la altura del kilómetro 82 en Canelones.
Abel, quien había emigrado con la esperanza de construir un futuro mejor, perdió la vida cuando el automóvil en el que viajaba chocó con una camioneta tipo furgón que transportaba a diez personas, nueve de ellas cubanas. Ocho de sus compatriotas resultaron heridos, uno de ellos en estado grave, lo que añade aún más tristeza a la tragedia.
Desde que se conoció la noticia, amigos y familiares han inundado las redes sociales con mensajes de despedida, destacando la alegría, la bondad y la disposición de Abel para ayudar a quienes lo rodeaban. Su partida repentina ha dejado un vacío imposible de llenar, y muchos coinciden en que su sonrisa y su espíritu generoso serán recordados siempre.
Conscientes de los altos costos que implica la repatriación de un cuerpo, la familia de Abel ha lanzado una campaña en la plataforma GoFundMe con el objetivo de cubrir los gastos necesarios para que pueda descansar en su tierra natal.
Hasta ahora, la iniciativa ha recaudado más de 1,300 dólares de los 2,000 requeridos, y la comunidad cubana, tanto en Uruguay como en el exterior, continúa mostrando su apoyo y solidaridad. Cada contribución es vista como un acto de amor hacia un joven que, aunque lejos de su hogar, deja una huella imborrable en quienes lo conocieron.
El caso de Abel Luis Vázquez Licea refleja la realidad dolorosa de muchos migrantes cubanos: la búsqueda de oportunidades en el extranjero a veces se enfrenta a tragedias inesperadas, y las familias deben lidiar con obstáculos financieros y logísticos para darle a sus seres queridos un último adiós digno.
La historia ha generado empatía y movilizado a cientos de personas, recordando a todos que detrás de cada cifra de accidentes o fallecimientos en el extranjero hay vidas, sueños y familias enteras que claman por apoyo.
Mientras la recaudación continúa, la familia de Abel agradece profundamente cada gesto de ayuda, consciente de que la unión de la comunidad puede hacer posible que su hijo regrese a Cuba, donde recibirá el homenaje y la despedida que merece.
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