El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció públicamente este jueves la responsabilidad de Rusia en el derribo del avión de pasajeros de Azerbaijan Airlines, ocurrido el 25 de diciembre de 2024, un siniestro que dejó 38 muertos y conmocionó a la región del Cáucaso.
Durante una reunión con su homólogo azerbaiyano, Ilham Aliyev, en Dushanbé (Tayikistán), Putin admitió que el avión fue alcanzado “por error” por las defensas aéreas rusas y aseguró que su gobierno indemnizará a las familias de las víctimas. Es la primera vez que el Kremlin asume públicamente su papel en el accidente, tras meses de silencio y versiones contradictorias.
El vuelo 8432 de Azerbaijan Airlines cubría la ruta Bakú–Grozni cuando fue impactado por un misil tierra-aire lanzado desde un sistema Pantsir-S, según confirmó posteriormente una investigación internacional. El avión intentó maniobrar para realizar un aterrizaje de emergencia, pero terminó estrellándose en la localidad kazaja de Aktau, a orillas del mar Caspio.
De las personas a bordo, 29 sobrevivieron, gracias a la rápida reacción de la tripulación, aunque los pilotos se contaron entre los fallecidos. El suceso provocó una fuerte indignación en Azerbaiyán, que desde el primer momento acusó a Moscú de intentar encubrir la verdadera causa del desastre.
Medios azerbaiyanos como AnewZ y Euronews citaron fuentes oficiales que aseguraron que el misil ruso fue disparado mientras el Ejército realizaba ejercicios con drones sobre territorio checheno. La explosión del proyectil habría alcanzado al avión al pasar cerca del espacio aéreo ruso, dañando gravemente su fuselaje.
Además, trascendió que el avión siniestrado pidió permiso para aterrizar de emergencia en aeropuertos rusos, pero le fue denegado. Los controladores aéreos le ordenaron volar sobre el mar Caspio rumbo a Kazajistán, pese a los graves daños sufridos. Los sistemas de navegación GPS del aparato se desactivaron poco después, lo que complicó aún más la maniobra.
En declaraciones posteriores al accidente, Putin había calificado el hecho como un “trágico incidente” y pidió disculpas personales a Aliyev, aunque sin admitir la culpa de Rusia. Por ello, la confirmación de ahora representa un giro diplomático significativo, especialmente en un contexto en el que Moscú intenta mantener su influencia en el Cáucaso.
Por su parte, Aliyev había sido uno de los más críticos con la postura rusa, acusando al Kremlin de “intentar silenciar” el caso y anunciando en julio de este año que Azerbaiyán presentaría demandas internacionales contra Rusia. “Sabemos lo que ocurrió y podemos demostrarlo. Y sabemos que los funcionarios rusos también lo saben”, declaró entonces el mandatario.
Fuentes del gobierno azerbaiyano afirmaron que Moscú ofreció compensaciones económicas a las familias de las víctimas y apoyo técnico en la investigación, aunque Bakú exige un reconocimiento formal de responsabilidad ante organismos internacionales.
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