Donald Trump volvió a colocar la seguridad pública en el centro del debate político al anunciar que buscará la pena de muerte para los casos de homicidio cometidos en Washington D.C.
La propuesta se enmarca dentro de una estrategia de “mano dura” que combina el despliegue de la Guardia Nacional, el control federal sobre la policía local y la declaración de una “emergencia criminal” en la capital del país.
“Si alguien mata a alguien en la capital, buscaremos la pena de muerte”, afirmó el presidente durante una reunión de gabinete, presentando la medida como una forma de prevención contundente.
Con este discurso, Trump refuerza su imagen de líder de “ley y orden”, pese a que las estadísticas oficiales muestran que la criminalidad ha descendido desde 2023.
La narrativa del crimen le permite al republicano extender sus advertencias hacia otras grandes ciudades gobernadas por demócratas, como Nueva York y Chicago, a las que también amenaza con enviar tropas federales. Trump lo planteó de manera desafiante: “Justamente, las ciudades de las que hablamos son demócratas”.
“Creo que el crimen será el gran tema de las elecciones de medio término de 2026 y también de las presidenciales”, subrayó el presidente, dejando claro que busca marcar la agenda electoral.
Con la inflación bajo control y una economía que él mismo describe como “floreciente”, Trump intenta trasladar el eje del debate hacia la inseguridad y el orden público, ámbitos donde puede explotar un discurso populista y confrontativo.
En Washington, la pena de muerte está prohibida para delitos locales, aunque sigue vigente en algunos casos federales. La fuerte presencia de agentes federales en la ciudad ha convertido delitos menores en crímenes de mayor escala, lo que aumentaría el número de acusados susceptibles de enfrentar la pena capital.
De aplicarse la propuesta presidencial, crecería la lista de condenados en el corredor de la muerte federal, procesos que suelen tardar años en resolverse.
La posición de Trump no es nueva. Una de sus primeras órdenes ejecutivas en 2025 instruyó al Departamento de Justicia a solicitar la pena de muerte en casos de asesinato de agentes del orden o de delitos graves cometidos por inmigrantes en situación irregular.
En febrero, la fiscal general Pam Bondi levantó la pausa sobre las ejecuciones federales impuesta durante la presidencia de Joe Biden, abriendo la puerta a más condenas capitales.
A la par de estas medidas, Trump también presiona sobre otro frente: la Reserva Federal. Con el cese de una de sus gobernadoras, amenaza con alterar la independencia del banco central, reforzando la idea de un mandatario que busca acumular poder y marcar cada esfera de la política nacional en vísperas de las elecciones.
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