El huracán Melissa continúa dejando un rastro de devastación a su paso por el Caribe. En Haití, las autoridades reportaron al menos 20 fallecidos y 10 desaparecidos en la ciudad de Petit-Goâve, tras el desbordamiento del río La Digue, que arrasó viviendas y dejó zonas enteras bajo el agua. El director de Protección Civil, Emmanuel Pierre, confirmó que los equipos de rescate siguen trabajando en condiciones extremadamente difíciles debido a las lluvias y el terreno inestable.
Según cifras de Unicef, más de 2.000 personas han tenido que refugiarse en escuelas convertidas en albergues temporales, mientras miles más permanecen incomunicadas. Haití, uno de los países más vulnerables de la región, revive escenas de tragedia ya conocidas, con comunidades enteras sin acceso a alimentos ni servicios básicos. El país aún arrastra las secuelas de desastres anteriores como el huracán Matthew (2016) y el terremoto de 2010, que destruyó buena parte de su infraestructura.
En Cuba, Melissa tocó tierra durante la madrugada del miércoles con vientos sostenidos de 193 kilómetros por hora, afectando principalmente las provincias orientales. El país amaneció con 3,5 millones de personas sin electricidad, mientras las intensas lluvias provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra.
Las imágenes que llegan desde Santiago de Cuba muestran calles completamente anegadas, árboles y postes eléctricos derribados, además de severos daños en viviendas y edificios públicos, entre ellos el Rectorado de la Universidad de Oriente. El propio Miguel Díaz-Canel reconoció en redes sociales que la situación es crítica y pidió a la población mantener la calma:
“Ha sido una madrugada muy compleja. Daños cuantiosos y aún el huracán Melissa sigue sobre territorio cubano”.
Pese a los esfuerzos oficiales, los reportes ciudadanos evidencian cortes de comunicación, falta de energía y desabastecimiento en varios municipios. Los equipos de emergencia enfrentan dificultades para llegar a las zonas más afectadas debido a carreteras bloqueadas y el colapso de puentes.
En Jamaica, donde Melissa tocó tierra horas antes, los daños también son considerables. Más de 500.000 personas permanecen sin electricidad, y el primer ministro Andrew Holness confirmó la destrucción de hospitales, carreteras y viviendas en el sur y oeste del país. Los servicios de emergencia trabajan a contrarreloj para restablecer la energía y el acceso a las comunidades más golpeadas.
Mientras el huracán continúa desplazándose hacia el norte del Caribe, los organismos meteorológicos mantienen la alerta por posibles lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas en las próximas horas.
(Con información de EFE)
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