Una nueva decisión de la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés) impactará directamente a miles de cubanos con permiso I-220A y pudieran enfrentar proceso de deportación en Estados Unidos.
El fallo, emitido este viernes, establece que los inmigrantes cubanos que intenten cerrar sus casos en la corte de inmigración alegando que planean solicitar un parole ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) ya no podrán utilizar ese argumento como base para poner fin al proceso. Esto significa que deberán continuar compareciendo ante el juez y no podrán retirar sus casos de manera anticipada por ese motivo.
Según el abogado de inmigración José Guerrero, esta resolución marca un punto crítico para quienes llegaron al país con I-220A, un documento otorgado tras la entrada irregular al país por la frontera, que permite al migrante permanecer en libertad mientras se resuelve su situación legal. “La única opción que queda ahora es continuar luchando por el asilo político dentro del tribunal de inmigración”, señaló Guerrero.
El impacto de la decisión ha generado preocupación entre los migrantes cubanos, muchos de los cuales se encontraban a la espera de poder regularizar su estatus a través de otras vías migratorias, como el parole, sin necesidad de mantener su caso activo en la corte.
La abogada Claudia Canizares aclaró que esta decisión no afecta a todos los migrantes por igual. Quedan excluidos de esta medida aquellos que ingresaron legalmente mediante el programa CBP One, los que ya cuentan con un parole aprobado o quienes presentan argumentos bajo el precedente legal de la decisión Q Li, una vía alternativa que ciertos inmigrantes han utilizado para avanzar en sus procesos.
El programa de parole ha sido una de las esperanzas de regularización para muchos cubanos desde que se flexibilizaron ciertos requisitos migratorios. Sin embargo, esta decisión de la BIA complica los planes de quienes buscaban cerrar sus expedientes judiciales para dedicarse exclusivamente a esa vía.
Aunque la medida no implica deportación automática, sí mantiene a los solicitantes bajo supervisión de los tribunales y expuestos al posible rechazo de sus peticiones de asilo, en cuyo caso enfrentarían órdenes de remoción.
En un contexto migratorio cada vez más complejo, los cubanos con I-220A deberán ahora prepararse para continuar su defensa legal en un proceso más prolongado y exigente.
Fuente: Univisión Miami
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