Matanzas amaneció de luto tras confirmarse el fallecimiento de Yailin, la joven que sufrió un terrible accidente hace tres días en la esquina de Dos de Mayo y Contreras. Según versiones compartidas en redes sociales, la víctima, de unos 30 años y residente en Cabarrocas, viajaba como pasajera en una moto Suzuki X100 cuando un carro almendrón, que no respetó la señal de “Pare”, los impactó por detrás.
El choque fue tan violento que Yailin salió despedida, golpeándose la cabeza contra un poste, lo que le causó lesiones mortales.
El siniestro ocurrió a apenas un kilómetro del hospital provincial “Faustino Pérez”, donde fue ingresada en estado crítico. Los médicos diagnosticaron fracturas craneales múltiples y, pese a los esfuerzos por mantenerla con vida, se confirmó la muerte cerebral poco después. Así se conoció que Yailin había fallecido y sus restos ya fueron sepultados, dejando tras de sí una profunda tristeza en familiares, amigos y vecinos.
En redes sociales, cientos de personas expresaron su consternación. “Por la irresponsabilidad de uno, otra familia queda destruida”, lamentó una usuaria. Otra persona, identificada como Yaneisy Martínez, aclaró que el chofer de la moto era el esposo de Yailin y padre de sus hijos, y que ambos se desplazaban correctamente cuando fueron embestidos. “Nadie quiere que pasen cosas como esta, pero pasan tristemente. En paz descanse mi amiga”, escribió entre lágrimas virtuales.
La noticia también generó polémica por los comentarios sobre la posible sanción al chofer del almendrón. Algunos aseguraron que solo enfrentaría de 2 a 4 años de condena sin internamiento y la retirada de su licencia, lo que desató indignación entre los internautas que calificaron la medida como “una burla a la vida humana”.
Sin embargo, otras voces llamaron a la prudencia, recordando que el proceso judicial apenas comienza y que aún no existen resultados oficiales.
El accidente de Yailin ha vuelto a poner en debate la alarmante frecuencia de siniestros viales en Cuba, donde la imprudencia y el irrespeto a las señales del tránsito se cobran cada año decenas de vidas jóvenes. Su historia deja una dura lección: detrás de cada semáforo ignorado, puede haber una familia rota y una vida truncada.
Hoy, Matanzas llora a Yailin, símbolo de tantas víctimas de la irresponsabilidad al volante.
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