El padre del preso político Walnier Luis Aguilar Rivera, Wilber Aguilar Bravo, denunció este lunes el traslado arbitrario de su hijo a la prisión de Agüica, en la provincia de Matanzas, bajo el mismo argumento de una supuesta lista de reclusos que planeaban “plantarse” en el Combinado del Este, en La Habana.
En un video publicado en su perfil de Facebook, Aguilar calificó el hecho como “un abuso enorme” y responsabilizó directamente a las autoridades cubanas por lo que considera una represalia contra su familia por alzar la voz y exigir justicia.
“Fui citado al Combinado del Este y me tuvieron retenido horas, sin decirme nada claro sobre dónde estaba mi hijo ni de qué lista me hablaban. No sé nada de eso, ni quiénes son los de la lista. El problema es que mi hijo ahora mismo está en Agüica y esto es una represalia”, declaró el padre visiblemente afectado.
Aguilar denunció además el trato abusivo y la manipulación constante hacia los familiares de los presos políticos, asegurando que en Cuba “quien defiende a su hijo se convierte en víctima del sistema”.
“Nos tratan como delincuentes por pedir justicia. No solo castigan al preso, también castigan a su familia. Mi hijo no merece esto, ni los demás que están presos por pensar diferente”, afirmó en su testimonio.
Walnier Luis Aguilar Rivera, de 25 años, fue condenado a 12 años de privación de libertad por el delito de sedición tras su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 (11J).
El joven, quien padece una discapacidad intelectual limítrofe, fue arrestado cuando tenía apenas 21 años. Su familia y organizaciones de derechos humanos han denunciado que no recibió un juicio justo y que su condición mental no fue considerada durante el proceso penal.
Su padre, Wilber Aguilar, se ha convertido desde entonces en una de las voces más activas del movimiento de familiares de presos políticos en Cuba, participando en campañas y denunciando públicamente las arbitrariedades del régimen.
El hostigamiento contra la familia Aguilar Rivera ha sido constante. En enero de 2025, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a favor de Wilber Aguilar y sus familiares, tras considerar que “se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable” debido a su labor de denuncia y al acoso por parte de agentes del Estado cubano.
Pese a la medida internacional, las represalias no han cesado. El traslado a Agüica —una de las cárceles más temidas del país— se suma a una serie de acciones punitivas contra presos y familiares que han denunciado abusos o se han negado a aceptar el silencio impuesto por las autoridades.
El caso de Walnier Aguilar coincide con el del periodista independiente Ángel Cuza Alfonso, también trasladado recientemente bajo el mismo pretexto de la “lista de plantados”. Organizaciones como el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) han denunciado esta nueva maniobra represiva, señalando que los traslados buscan aislar a los presos más combativos y amedrentar a quienes los defienden desde fuera.
Wilber Aguilar cerró su mensaje con un llamado directo a la comunidad internacional:
“Pido libertad para mi hijo y para todos los presos políticos. Que se acaben los abusos contra las familias humildes que solo queremos justicia.”
Mientras el régimen intenta silenciar las voces disidentes dentro y fuera de las cárceles, historias como la de Walnier Aguilar y su padre siguen exponiendo la crudeza del sistema penitenciario cubano, donde la represión se hereda, de los barrotes al corazón de las familias.
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