Antes de convertirse en una de las figuras hispanas más reconocidas en Hollywood, Antonio Banderas atravesó un proceso tan intenso como desafiante: aprender inglés casi desde cero para abrirse paso en la industria cinematográfica más competitiva del mundo.
En la década de 1990, Banderas ya era un actor consagrado en España gracias a su estrecha colaboración con Pedro Almodóvar. Sin embargo, al llegar a Estados Unidos tuvo que empezar de nuevo, enfrentándose a un obstáculo fundamental: el idioma.
En una entrevista concedida en 1995, el malagueño recordó con humor y cierta incredulidad las dificultades de aquella etapa. “Me martirizaron ocho horas diarias para aprender inglés en una escuela que ni siquiera estaba especializada. Salía de allí agotado, como si me hubieran exprimido”, confesó.
Su primer papel en inglés llegó con la película Los reyes del mambo tocan canciones de amor, basada en la novela ganadora del Pulitzer. Pero llegar a ese punto fue toda una odisea. Banderas reveló que, incapaz de comunicarse con fluidez, aprendió sus diálogos de manera fonética. “No entendía al director y tenía que depender de un intérprete que me traducía cada indicación”, relató.
El camino empezó incluso antes, durante un encuentro en Londres con el director de la cinta. Sin dominar el idioma, ideó una estrategia sencilla: memorizar tres frases en inglés —“Yes”, “Of course” y “I can do that”— y utilizarlas en la reunión. “Se las solté tan convincentemente que el hombre se lo creyó”, contó entre risas.
Ese ingenio y determinación lo llevaron pronto a Nueva York, donde debía realizar una prueba junto al actor Kevin Kline. “Me aprendí las líneas en el avión. Al leerlas, notaba que se reían un poco porque mi pronunciación debía de ser terrible, pero minutos después me llamaron para decirme que me daban el papel”, recordó. La emoción fue tal que, según confesó, salió “botando de alegría” por las calles de Manhattan.
Lo que en principio parecía un muro infranqueable se convirtió en una oportunidad para demostrar su perseverancia. Con el tiempo, Banderas perfeccionó el idioma y construyó una sólida carrera en Hollywood, participando en títulos emblemáticos como Entrevista con el vampiro, La máscara del Zorro y La casa de los espíritus.
Más allá de las anécdotas, su experiencia refleja los sacrificios y la disciplina que se esconden detrás del glamour de la gran pantalla. “Siempre supe que quería intentarlo. El idioma era una barrera enorme, pero no un motivo para rendirme”, afirmó.
Hoy, Banderas es no solo un referente del cine internacional, sino también un ejemplo de cómo la constancia y la creatividad pueden abrir puertas incluso en los escenarios más difíciles. Su historia en Hollywood es, en definitiva, la de un actor que supo reinventarse para conquistar nuevos horizontes.
Fuente: Esquire