En Holguín, ciudadanos denuncian una situación que ha ido empeorando con el tiempo en el tren #87, que cubre la ruta Guantánamo – Holguín y viceversa.
Lo que alguna vez fue un medio de transporte para los habitantes de estas provincias, hoy se ha convertido en un espacio dominado por negocios ilegales y corrupción, dejando a los pasajeros en una posición de vulnerabilidad total.
El tren, según los testimonios, ya no funciona como transporte de pasajeros. Los pasillos, plataformas y accesos están completamente ocupados por sacos y cajas con mercancías ilícitas que se transportan sin control ni respeto por la seguridad de quienes viajan.
En cada parada, el tren apenas se detiene, lo que representa un peligro constante para las personas que intentan subir o bajar. Esta prisa no responde a la necesidad de atender a los pasajeros, sino a la urgencia de mantener el flujo de productos ilegales en movimiento.
Lo más alarmante de la situación es que tanto policías como conductores parecen ser parte del negocio. La denuncia indica que no solo ignoran estas irregularidades, sino que también cobran por su complicidad, consolidando una red de corrupción que afecta directamente al pueblo.
Esta participación activa de las autoridades y del personal a cargo del tren convierte un transporte público en un espacio donde el poder económico y la ilegalidad se imponen sobre los derechos de los ciudadanos.
El impacto sobre los pasajeros es profundo. Las personas humildes, que dependen de este tren para desplazarse por motivos de trabajo, estudios o salud, quedan completamente ignoradas. Sus derechos a un transporte seguro y digno se ven aplastados por la prioridad que se da al comercio ilegal.
Lo que debería ser un servicio básico y accesible se ha convertido en un instrumento de exclusión, donde quienes no pueden pagar o quienes dependen del tren para necesidades esenciales quedan en desventaja.
Desde Holguín, los ciudadanos que reportan esta situación aseguran que “el tren ya no es de pasajeros, es un tren de acaparadores y corruptos". Esta frase resume la frustración y el desencanto de quienes viven día a día las consecuencias de un sistema que permite que los negocios ilícitos y la complicidad de las autoridades terminen por desplazar a la población que legítimamente necesita transporte.
La denuncia se ha viralizado en redes sociales bajo etiquetas como #LaTijeraNews, #Cuba, #Holguin, #Guantanamo, #Corrupcion y #DenunciaCiudadana, reflejando un malestar generalizado que exige atención inmediata. La seguridad y los derechos de los pasajeros no pueden seguir siendo ignorados en favor de intereses ilegales que se perpetúan con impunidad.
Del perfil de La Tijera