Aroldis Chapman sigue demostrando que la edad no es un obstáculo para mantenerse como uno de los relevistas más temidos de las Grandes Ligas. A los 37 años, el cerrador cubano de los Medias Rojas de Boston combina la potencia que lo hizo famoso con un mayor control y variedad de lanzamientos, logrando un desempeño que sorprende tanto a fanáticos como rivales.
El domingo, en la victoria de Boston 7-4 sobre los Diamondbacks de Arizona, Chapman protagonizó un hecho poco común: ponchó a cuatro bateadores en la novena entrada, consiguiendo su 29º salvamento de la temporada. Un wild pitch permitió que uno de los bateadores se embasara, lo que le dio la oportunidad de lograr el inusual registro. “Mi mentalidad siempre es sacar tres outs, pero si puedo ponchar, voy por ello”, declaró el lanzador tras el encuentro.
Alex Cora, mánager de los Medias Rojas, no ocultó su admiración: “Hacer lo que hace Chapman a esta edad, en un béisbol cada vez más competitivo, es increíble”. El triunfo también le permitió a Cora alcanzar las 600 victorias en su carrera como dirigente.
Chapman inició su trayectoria en 2010 con los Rojos de Cincinnati, y rápidamente se ganó el apodo de “El Misil Cubano” al registrar lanzamientos que superaban las 105 millas por hora. De hecho, mantiene el récord del pitcheo más veloz en la historia de la MLB con 105.8 mph. Durante años dominó con su recta, pero con la madurez ha sumado recursos como el slider y el splitter, con los que descoloca a los bateadores en los momentos decisivos.
Su llegada a Boston ha revitalizado su carrera. En su primera temporada con la franquicia, ya fue convocado a su octavo Juego de Estrellas y recientemente firmó un contrato de un año por 13,3 millones de dólares para 2026. Desde mediados de julio, su dominio ha sido prácticamente absoluto, consolidándose como pieza clave en las aspiraciones de los Medias Rojas.
El ponche final frente a Jordan Lawler cerró con broche de oro una actuación que lo coloca en un selecto grupo: apenas es el segundo lanzador en la temporada que logra cuatro strikeouts en un mismo inning, junto con Steven Matz de los Cardenales de San Luis.
Más allá de las estadísticas, Chapman está demostrando que ha sabido evolucionar. Aunque su velocidad sigue intimidando —con rectas que rondan las 100 millas por hora—, su control de zona y la capacidad de variar lanzamientos lo han convertido en un cerrador aún más completo.
Con 16 años de experiencia en las Grandes Ligas, Chapman se mantiene como uno de los referentes del bullpen y un ejemplo de longevidad en una posición donde la presión es máxima. “Es especial lo que está haciendo, y demuestra que todavía tiene mucho béisbol por delante”, concluyó Cora.
El “Misil Cubano” no solo conserva su potencia; ahora combina inteligencia y experiencia, confirmando que a los 37 años sigue siendo una fuerza dominante en el diamante.
Fuente: AP
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