Un apagón de grandes proporciones afectó la noche de este domingo 7 de septiembre a toda la región oriental de Cuba, dejando a millones de personas sin servicio eléctrico desde la provincia de Las Tunas hasta Guantánamo.
De acuerdo con los reportes ciudadanos, el corte se produjo poco antes de las 8:00 p.m., cuando el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) sufrió una caída imprevista que dejó sin suministro a varias provincias. En las horas posteriores, los reclamos se multiplicaron en redes sociales, particularmente desde Santiago de Cuba, Las Tunas, Granma y Guantánamo, donde barrios enteros permanecieron totalmente a oscuras.
“De momento las luces de toda la casa comenzaron a parpadear, como una especie de bajón de voltaje. Se mantuvo todo a medias y, de pronto, se fue completo”, relató un residente de la zona oriental. Testimonios similares llegaron desde múltiples municipios santiagueros, entre ellos San Luis, Palma Soriano, Contramaestre, Songo La Maya y Segundo Frente, donde los vecinos demandaban información oficial sobre el incidente.
La primera reacción de las instituciones fue el silencio. Hasta las 8:15 de la noche, ni la Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba ni la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) habían ofrecido explicaciones a través de sus canales habituales, pese a la saturación de llamadas en las líneas de atención al cliente.
Finalmente, a las 8:33 p.m., la UNE emitió un comunicado en su página de Facebook confirmando que a las 7:37 p.m. se había producido “un disparo en la línea de 220 kV Nuevitas–Tunas”, lo que provocó la desconexión del sistema eléctrico desde Las Tunas hasta Guantánamo. Según la nota, las causas se encuentran bajo investigación y brigadas técnicas trabajan en la recuperación del servicio.
Mientras tanto, la única excepción al apagón fueron algunas instalaciones priorizadas, como hospitales y centros estratégicos, donde funcionan grupos electrógenos de emergencia. Para el resto de la población, la noche transcurrió entre la incertidumbre, el calor sofocante y la frustración por un episodio que vuelve a evidenciar la fragilidad del sistema eléctrico cubano.
El oriente del país ha sido particularmente castigado por apagones en los últimos años, en parte debido al deterioro de la infraestructura, la falta de mantenimiento y la escasez de recursos para la generación y transmisión de energía. Este nuevo evento masivo se suma a una larga cadena de fallos que alimentan el descontento social y la desconfianza hacia las autoridades, que suelen tardar en ofrecer explicaciones transparentes.
Aunque las brigadas de la UNE aseguran que trabajan “intensamente” en la reposición del servicio, hasta la medianoche de este domingo no había señales claras de normalización en la mayoría de las provincias afectadas. Los ciudadanos, mientras tanto, permanecen atentos a cualquier actualización en redes sociales, convertidas en la principal fuente de información inmediata en un contexto de incertidumbre energética crónica.
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