La relación entre Estados Unidos y Colombia atraviesa un momento delicado tras el cruce de declaraciones entre altos funcionarios de ambos países. Este jueves, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, anunció la llamada a consultas de John T. McNamara, actual encargado de negocios de la embajada estadounidense en Bogotá. La medida, según un comunicado oficial, responde a “declaraciones infundadas” emitidas por figuras del Gobierno colombiano.
Como respuesta, el presidente Gustavo Petro también ordenó el regreso a Colombia del embajador Daniel García Peña, actualmente en Washington, con el fin de “informar sobre el desarrollo de la agenda bilateral”, según expresó el mandatario en su cuenta oficial de X (antes Twitter).
El trasfondo de este nuevo roce diplomático se vincula a unas polémicas grabaciones recientemente publicadas por el diario El País, en las que se escucha al excanciller colombiano Álvaro Leyva afirmar que sostuvo reuniones con los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez, supuestamente para solicitar apoyo en una iniciativa para derrocar al presidente Petro.
“Estuve en Estados Unidos con Mario Díaz-Balart. Los Díaz-Balart son los que están detrás del secretario de Estado”, se escucha decir a Leyva en los audios. Aunque los congresistas no se refirieron directamente al exministro, ambos rechazaron cualquier insinuación de respaldo a un golpe de Estado.
El congresista Carlos Giménez fue enfático en su respaldo al comunicado de Rubio. “Petro no puede seguir amenazando a Estados Unidos y pensar que puede salirse con la suya”, publicó en X. Más aún, acusó al mandatario colombiano de ser un “narcoterrorista y socialista”, lo que provocó la reacción del ministro del Interior, Armando Benedetti. Este respondió también por X, criticando lo que calificó como un “complejo de superioridad” por parte del congresista cubanoamericano y sugiriendo que su lenguaje podría dar pie a sospechas sobre un posible respaldo a una conspiración.
Cabe recordar que, semanas atrás, el propio presidente Petro ya había hecho comentarios públicos que daban cuenta de sus sospechas sobre un presunto complot internacional para derrocarlo. Incluso citó al presidente venezolano Nicolás Maduro, quien señaló directamente a Marco Rubio como presunto articulador de dicho plan desde Estados Unidos.
Sin embargo, tras la difusión de los audios, el tono de Petro cambió. En un extenso mensaje publicado esta semana, aclaró que no considera que Rubio haya estado realmente involucrado. Aun así, insistió en la necesidad de investigar lo que denominó como un intento de golpe “en flagrancia”, e hizo un llamado a la justicia estadounidense para que tome cartas en el asunto.
Este nuevo episodio se suma a una serie de fricciones recientes que han enfriado el vínculo entre ambos países, tradicionalmente aliados en la región. Como telón de fondo, también se confirmó la salida de la canciller Laura Sarabia, quien dejará el cargo tras un desacuerdo con Petro relacionado con el contrato de pasaportes, aunque se mantendrá en funciones hasta que se nombre su reemplazo oficial.
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