En el barrio Martí de Santiago de Cuba, la desesperación de los vecinos se mezcla ahora con la incredulidad. Después de más de 70 días sin recibir agua potable, lo que finalmente llega por las tuberías es un líquido espeso, fangoso y con un olor insoportable.
El músico y activista Saúl Manuel denunció la situación a través de su perfil en Facebook, compartiendo un video en el que se observa cómo del grifo sale un agua turbia, de color marrón oscuro, imposible de usar incluso para limpiar. “Estas aguas de fango no se pueden usar ni para lavar los pisos. Es un peligro para la salud”, acompañado de imágenes que rápidamente se hicieron virales en redes sociales.
Según vecinos del barrio, el servicio de agua estuvo interrumpido durante más de dos meses, agravando una crisis que se intensificó tras el paso del ciclón Melissa, que afectó las infraestructuras locales.
Sin embargo, la reanudación del suministro trajo una sorpresa amarga: el agua que llega a los hogares parece salida de un lodazal.
“Antes del ciclón ya llevábamos 70 días sin agua, y ahora que viene, no sirve para nada”, lamentó una residente del lugar.
Las familias se ven obligadas a pagar por camiones cisterna, algo imposible para muchos en medio de la profunda crisis económica que atraviesa Cuba.
La denuncia de Saúl Manuel ha generado una ola de indignación y comentarios en redes, donde usuarios de otras provincias, como Holguín y Camagüey, aseguran estar viviendo situaciones similares. Muchos acusan a las autoridades locales de negligencia y de ocultar la gravedad del problema sanitario que esto representa.
“Esto no es vida. No tenemos agua limpia, ni respuestas, ni soluciones”, expresó el activista, quien ha utilizado sus redes para visibilizar las carencias que enfrenta la población santiaguera.
Mientras tanto, el fango que sale por las pilas del barrio Martí se ha convertido en un símbolo del colapso de los servicios básicos en la región oriental del país.