El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) registró en octubre un récord histórico de protestas, denuncias y acciones cívicas en Cuba, con un total de 1.249 eventos, superando ampliamente las cifras de meses anteriores. Septiembre había contabilizado 1.121, y agosto 1.034, lo que evidencia un incremento sostenido de la movilización ciudadana.
Según el OCC, este aumento se debe principalmente a la resistencia al Estado policial, las protestas por la crisis de los servicios públicos y las denuncias relacionadas con la salud, en el contexto de epidemias de dengue, chikungunya y otros arbovirus que afectan a la isla.
En total, 261 protestas estuvieron directamente vinculadas a enfrentamientos o resistencia frente a la policía y el Estado. Entre ellas se incluyen 12 manifestaciones físicas, destacando actos masivos en Baire (Santiago de Cuba) y en el reparto Ho Chi Minh de Guantánamo, así como cacerolazos y bloqueos de calles en distintas localidades.
El OCC resaltó que las plataformas digitales y redes sociales han jugado un papel central en la difusión de las demandas. “El reclamo de que los gobernantes comunistas entreguen el poder y se larguen del país se ha convertido en un leitmotiv de estas protestas y denuncias digitales”, señaló la organización. Este fenómeno incluso se percibe entre periodistas y comentaristas tradicionalmente afines al oficialismo.
La crisis de los servicios públicos fue la segunda causa más citada, con 254 acciones de protesta. Los cubanos denunciaron apagones prolongados, algunos de hasta 30 horas, cortes de agua que se extienden por semanas y acumulación de basura que genera un riesgo sanitario. Estas deficiencias contribuyen a la proliferación de enfermedades transmitidas por vectores.
Las manifestaciones por salud pública también crecieron de manera significativa: pasaron de 99 denuncias en septiembre a 248 en octubre, impulsadas por la expansión de arbovirus que han afectado a numerosas comunidades. La falta de recursos y medidas preventivas básicas, como camiones de basura, fumigación y medicamentos esenciales, ha empeorado la crisis, según el OCC, que reportó al menos 15 muertes relacionadas con estos problemas, frente a solo tres reconocidas oficialmente.
La inseguridad ciudadana representó 134 denuncias, principalmente por asesinatos, violencia social, robos, hurtos y extorsión. La embajada de Estados Unidos en La Habana alertó a sus ciudadanos sobre el aumento de la violencia. En octubre, el OCC documentó 17 homicidios en la isla.
La crisis económica y alimentaria sigue agravándose. Se registraron 127 protestas por escasez de alimentos y altos precios, con relatos estremecedores de ancianos y familias que solo acceden a mínimas raciones de arroz subsidiado o subsisten de sobras.
El régimen mantuvo además medidas represivas: 106 acciones de acoso incluyeron detenciones, amenazas y hostigamiento a activistas, periodistas independientes y manifestantes. Se aplicaron topes de precios, multas y decomisos contra emprendedores privados, especialmente en La Habana.
Otros problemas sociales documentados incluyen 71 denuncias por trabajo infantil, maltrato en el Servicio Militar Obligatorio y vulnerabilidad de ancianos ante desastres naturales. La crisis de vivienda, agravada por el huracán Melissa, dejó a cientos de miles con hogares destruidos o gravemente dañados, con 56 protestas registradas en esta categoría durante octubre.
El OCC citó también a la Conferencia de Obispos Católicos Cubanos, que advirtió sobre una “catástrofe de enormes proporciones”, sumando la escasez de bienes primarios, apagones prolongados y la propagación de enfermedades.