El Tribunal Provincial Popular de Villa Clara condenó a seis años de prisión a José Manuel Cabrera Sosa, un ciudadano acusado de vender ilegalmente medicamentos e insumos médicos en la ciudad de Santa Clara, un delito que refleja el creciente mercado negro surgido a raíz del colapso del sistema de salud cubano.
Según el fallo judicial, Cabrera fue detenido en “La Candonga”, un populoso mercado informal situado cerca del Hospital Provincial "Arnaldo Milián Castro", donde comercializaba más de 45 medicamentos y productos sanitarios, entre ellos tramadol, difenhidramina, jeringuillas, catéteres Foley y esparadrapos. Las autoridades aseguraron que los fármacos estaban “altamente demandados y deficitarios” en farmacias y hospitales de la provincia.
Durante el juicio, la Fiscalía argumentó que algunos de los medicamentos tenían efectos similares a drogas controladas y estaban regulados por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP). Cabrera fue declarado culpable de actividades económicas ilícitas y de un delito relacionado con drogas o sustancias de efectos similares. El tribunal le impuso una sanción única de seis años de privación de libertad, además del decomiso de los productos y la prohibición de salida del país.
La condena, divulgada por la emisora local CMHW, ha generado debate entre los vecinos de Santa Clara, muchos de los cuales aseguran que la falta de medicamentos obliga a las personas a recurrir a vías ilegales para conseguir tratamientos básicos.
“Nadie vende medicinas por gusto; lo hace porque el Estado no las garantiza”, comentó un residente bajo condición de anonimato. Otro señaló: "¿quién paga un medicamento a sobre precio de haberlo en las farmacias?"
El caso no es aislado. En los últimos meses, varias detenciones similares han ocurrido en hospitales y mercados de diferentes provincias. En Manzanillo, una enfermera fue sorprendida sacando medicamentos durante su turno, mientras que en Santiago de Cuba y Camagüey se han reportado decomisos de antibióticos, analgésicos y material sanitario robado.
El desabastecimiento de medicamentos en Cuba se ha vuelto una de las mayores preocupaciones sociales. Las farmacias estatales apenas cuentan con el 30 % del cuadro básico y los pacientes con enfermedades crónicas enfrentan un panorama desesperante. El gobierno culpa al embargo y la falta de divisas, pero economistas y profesionales del sector sanitario señalan que la verdadera raíz del problema está en la corrupción, la centralización estatal y la ineficiencia de las empresas farmacéuticas nacionales.
Mientras tanto, la población continúa debatiéndose entre la necesidad y la ilegalidad, buscando en los mercados informales lo que el sistema público dejó de ofrecer hace mucho tiempo.