Con el inicio del nuevo año escolar en Miami, aumenta la preocupación entre familias inmigrantes por posibles redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en las escuelas. Padres con estatus migratorio irregular temen que sus hijos puedan verse afectados por operativos en espacios educativos, un tema que genera ansiedad y exige información clara.
Según reportó el periodista Daniel Benítez, las políticas del condado Miami-Dade, uno de los distritos escolares más grandes del país, establecen que los oficiales de inmigración solo pueden entrar a una escuela si presentan una orden judicial firmada por un juez o cuentan con el consentimiento de una autoridad escolar competente. Esto significa que, bajo la ley vigente, ICE no puede ingresar a los centros educativos de forma arbitraria.
Una de las principales inquietudes de los padres es la posibilidad de que la escuela comparta datos de los estudiantes con las autoridades migratorias. En este sentido, la normativa local y federal es clara: los registros escolares están protegidos por la Ley de Privacidad y Derechos Educativos de la Familia, lo que impide que ICE acceda a ellos sin cumplir estrictos requisitos legales.
Además, las escuelas no tienen la obligación de preguntar por el estatus migratorio de los alumnos, por lo que no cuentan con esa información para entregarla.
Es importante recordar que, sin importar el estatus migratorio, todos los niños en Estados Unidos tienen el derecho constitucional de recibir educación pública desde preescolar hasta el 12º grado. Este derecho fue reafirmado por la Corte Suprema en el caso Plyler v. Doe, que prohíbe a los estados negar la educación a menores indocumentados.
Por lo tanto, la presencia de un niño en una escuela no depende de un favor, sino de un derecho legal que las autoridades educativas están obligadas a respetar.
Sin embargo, organizaciones comunitarias y abogados de inmigración recomiendan que los padres tomen precauciones. Entre ellas: actualizar la información de contacto de emergencia en la escuela, designar por escrito y con firma notariada a un adulto responsable para recoger a los hijos en caso de detención y conocer sus derechos si un oficial de inmigración se presenta en casa o en el centro escolar.
Si ICE llega a la puerta, los expertos recomiendan mantener la calma, ejercer el derecho a permanecer en silencio y solicitar la orden judicial antes de permitir cualquier ingreso. También es clave pedir la asistencia de un abogado lo antes posible.
Aunque las detenciones en escuelas son extremadamente raras y no se anticipa un aumento de redadas masivas, la preparación y el conocimiento de la ley pueden marcar la diferencia entre una situación controlada y una crisis familiar. La información, en este momento, es la herramienta más poderosa para proteger a los niños y a sus familias.
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