El jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, conmemoró este 14 de agosto el décimo aniversario de la reapertura de la Embajada estadounidense en La Habana con un emotivo video en redes sociales, en el que repasó sus recorridos por la isla y reafirmó su compromiso de trabajar “con los cubanos de a pie”.
En el mensaje, Hammer recordó que “hoy conmemoramos 10 años desde que volvimos a abrir nuestra Embajada. Seguimos con nuestra misión de apoyar al pueblo cubano en sus aspiraciones para un mejor futuro”. Añadió que su equipo está comprometido a “seguir hablando con cubanos de a pie a través de todo el país para conocer sus prioridades y preocupaciones, y para amplificar sus voces”.
Desde que asumió el cargo de Encargado de Negocios a finales del año pasado, Hammer ha recorrido diversas provincias, reuniéndose no solo con activistas, opositores y líderes religiosos, sino también con familias humildes, jóvenes emprendedores y miembros de comunidades vulnerables. Su objetivo, asegura, es conocer de primera mano la realidad cotidiana de los cubanos y transmitir sus inquietudes.
“Para conocer Cuba y los cubanos de a pie llegamos a cualquier lugar donde nos inviten”, afirmó en su video con la etiqueta #ConCubanosDeAPie, que se ha vuelto distintiva de sus publicaciones. En sus redes sociales suele compartir imágenes y clips conversando en barrios, mercados y espacios comunitarios, lo que le ha permitido ganarse simpatía entre muchos ciudadanos.
Esta estrategia de contacto directo ha incomodado al régimen cubano, que percibe las acciones de Hammer como una injerencia en asuntos internos. De hecho, en julio pasado las autoridades desplegaron un operativo de vigilancia y hostigamiento contra varios invitados al acto por el Día de la Independencia de Estados Unidos en La Habana.
Fuentes diplomáticas señalan que la cercanía de Hammer con la población rompe con la narrativa oficial de un representante extranjero aislado en su sede y sin relación con la vida real de los cubanos. Al contrario, su estilo activo y accesible contrasta con la opacidad del aparato estatal y resalta la desconexión del gobierno con las necesidades de la ciudadanía.
Aunque oficialmente no ostenta el título de embajador, el puesto de Jefe de Misión que ocupa lo convierte en el más alto representante diplomático de Washington en la isla. Su papel se inscribe en una historia que tuvo un hito el 14 de agosto de 2015, cuando, tras 54 años, la bandera estadounidense volvió a ondear en La Habana en medio del deshielo diplomático impulsado por Barack Obama.
Diez años después, y en un contexto de tensiones renovadas, Hammer insiste en mantener abiertas las puertas de la Embajada —literal y simbólicamente— para escuchar y dar voz a quienes rara vez son escuchados. Su mensaje de aniversario, cargado de imágenes de rostros y lugares de toda Cuba, no solo celebra una fecha histórica, sino que envía un mensaje claro: la diplomacia estadounidense seguirá de la mano de los cubanos comunes, algo que, a juzgar por las reacciones oficiales, continúa irritando profundamente a la dictadura.