El régimen cubano movió doble ficha en su aparato propagandístico. Según informó una nota oficial, el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) designó a nuevos directores para los periódicos Granma y Juventud Rebelde, principales medios impresos del oficialismo.
El nuevo director de Granma es Yoerky Sánchez Cuéllar, de 41 años, miembro del Comité Central, diputado a la Asamblea Nacional e integrante del Consejo de Estado. Nacido en Manicaragua, Villa Clara, Sánchez había dirigido hasta ahora Juventud Rebelde, siguiendo la línea marcada por sus antecesores, pues en los últimos años la dirección del órgano oficial del PCC ha recaído en quienes antes pasaron por el otro diario.
Graduado en Periodismo en 2007 por la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Yoerky inició su carrera en el periódico Vanguardia y luego dirigió la revista Alma Mater de la Casa Editora Abril. Desde 2014 formó parte de Juventud Rebelde, donde ascendió hasta la dirección en 2017. Entre sus reconocimientos figuran la Medalla Abel Santamaría y la Distinción Servicio Distinguido de las FAR. Además, ha participado en congresos de la UJC y la OCLAE, y en su rol parlamentario se desempeñó como vicepresidente de la Comisión de Atención a la Niñez, Juventud y la Igualdad de la Mujer. Su formación incluye un diplomado en Administración Pública en la Escuela Superior de Cuadros del Estado y del Gobierno.
El periódico Granma ya ha vivido varias reestructuraciones. En 2017, tras la destitución de Pelayo Terry Cuervo por “errores cometidos en el cumplimiento de sus responsabilidades”, la dirección recayó en Yailin Orta Rivera, primera mujer al frente del órgano oficial, donde estuvo ocho años tras su paso por Juventud Rebelde.
Ahora, con la promoción de Yoerky Sánchez, el PCC nombró a Yuniel Labacena Romero, de 36 años, como nuevo director de Juventud Rebelde. Miembro del Comité Nacional de la UJC, Labacena se graduó en Periodismo en 2014 y desde entonces ha trabajado en el propio diario, donde ha sido redactor-reportero, jefe de Información Nacional y subdirector editorial.
Con estas designaciones, el Partido Comunista asegura la continuidad ideológica en los medios oficiales, reforzando su control sobre la narrativa periodística en la isla.