Una nueva escena de caos y desesperación volvió a repetirse este miércoles en el Túnel de La Habana, cuando una guagua quedó varada en su interior, sumándose a la ya preocupante situación de filtraciones que sufre la infraestructura.
El tráfico estuvo detenido por más de cinco horas, lo que provocó indignación y miedo entre los transeúntes y conductores.
Según relataron testigos en redes sociales, mientras el ómnibus permanecía inmóvil, se registró una filtración de agua que intensificó la tensión de quienes se encontraban dentro del túnel. “Este túnel ha dado señales suficientes de que hay que cerrarlo antes de que ocurra una tragedia”, comentó la habanera Mari Elena Herrera, reflejando el sentir de muchos ciudadanos que temen un colapso inminente.
La preocupación no es nueva. Vecinos recuerdan que tras la última reparación realizada con colaboración francesa, las mejoras apenas duraron meses. “Era para cinco años y a los tres meses ya caían gotas en el parabrisas de un P15”, recordó un chofer en redes, subrayando la fragilidad de la obra.
La situación se torna aún más alarmante porque este túnel no es cualquier pasaje: se encuentra bajo el mar y conecta puntos estratégicos de la capital. Una falla mayor podría significar una catástrofe. “Si eso se inunda de pronto por una filtración vas a ir a parar a Jamaica”, ironizó una internauta, aunque la broma lleva implícito un miedo real.
Además del riesgo de las filtraciones, los cables eléctricos instalados en su interior añaden un peligro adicional. “Ellos se preocupan por lo que pasa en otros países, mientras Cuba se hunde en la miseria”, expresó la usuaria Zobeida Soriano, denunciando la falta de prioridad en el mantenimiento de infraestructuras vitales.
El Túnel de la Bahía fue inaugurado en 1958, en tiempos en que Cuba apostaba por la modernidad y grandes obras de ingeniería. Hoy, más de seis décadas después, se mantiene en pie gracias a parches y reparaciones que, según los habaneros, no ofrecen garantías. “Ese túnel está lleno de remiendos, lo que le queda para irse abajo es un pestañazo”, afirmó un usuario en los comentarios.
Mientras tanto, el temor crece y la pregunta resuena en la capital: ¿cuánto tiempo más resistirá el Túnel de La Habana antes de que la próxima filtración sea la última?